Cómo me gusta el cine francés, no lo puedo evitar. Uno de sus principales exponentes, a día de hoy, es este François Ozon, uno de los directores galos más reconocidos e internacionales que cada año, prácticamente, nos regala un trabajo como mínimo interesante. En el año 2010 le tocaba el turno a esta simpática película, quizás no de los mejores trabajos de Ozon, pero con un plantel de actores que son una auténtica delicia. La protagonista principal es una de las grandes damas del cine francés, una Catherine Deneuve que está maravillosa haciéndose dueña de la película. Deneuve es una actriz que no me ha caído especialmente bien nunca por su aparente frialdad, desde luego, como actriz francesa madura me quedo con la elegante Fanny Ardant, pero tengo que reconocer que está estupenda como esa ama de casa burguesa que no pinta nada en la vida de su esposo y que, de la noche a la mañana, sale del cascarón para hacer ver a todos que no es la ama de casa acabada que todos piensan que es. Junto a ella, un orondo Gérard Depardieu alejado de sus mejores trabajos, un fantástico Fabrice Luchini, un correcto Jeremy Renier y unas bellas y perfectas Judith Godrèche y Karin Viard. Como muy bien apunta otro usuario, para el que no haya visto nada de este director, ésta es una buena manera de acercarse a su cine aunque no tiene mucho que ver con lo que Ozon nos ha traído antes y después de ella, es un trabajo diferente de este director que nunca deja de sorprenderme.