Siempre es de agradecer al cine que nos acerque a la vida y la trayectoria de personajes que han significado mucho para cualquiera de las muchas facetas del ser humano, en este caso ésta nos acerca a la figura de Muhammad Ali, del que no conocía prácticamente nada y al que había visto como un hombre derrotado por la enfermedad del Parkinson. Gracias a Michael Mann y a los productores que apostaron por este proyecto, he disfrutado de este hombre, personaje con una personalidad muy especial y que estuvo muy unido al líder negro Malcom X, cosa que jamás hubiera imaginado. Muchos critican aquí la falta de chispa de esta película por no ser un proyecto personal de su director. Es cierto, es un proyecto de encargo que tuvo enormes dificultades para ver la luz y que estuvo deambulando por las manos de las productoras durante 10 años hasta que vió la luz en 2001. Directores como Norman Jewison u Oliver Stone estuvieron ligados en un principio al mismo, dejándolo posteriormente para centrarse en otros trabajos. Finalmente Michael Mann sería el elegido para llevarlo a cabo y creo que lo ha hecho de forma más que satisfactoria viendo la difícil empresa que es llevar a la pantalla con coherencia la trayectoria de alguien como Ali. Tanto el director como su protagonista absoluto, Will Smith, decidieron renunciar a sus sueldos en caso de que el presupuesto de la película se sobrepasara. Desde luego, Smith está inmenso, dedicando una preparación física exhaustiva para representar al boxeador, campeón del mundo en tres ocasiones, ni más ni menos. Más que merecida me ha parecido su nominación al Oscar como mejor actor. Pero es que el elenco de secundarios que le acompañan parece estar en estado de gracia, empezando por ese Jon Voight que fue la elección de director y protagonista desde un principio para encarnar al comentarista deportivo Howard Cossell (es curiosa la especial relación que había entre ellos dos) y siguiendo con Jamie Foxx, perfecto como consejero del boxeador, Ron Silvber como su entrenador personal o Mario Van Peebles, toda una sorpresa como Malcom X, tras haberle visto sólo en película de bajo presupuesto como hombre de acción. La mujer de Smith, Jada Pinkett Smith está perfecta en su corta aparición, es una injusticia que esta actriz esté tan desaprovechada, en serio. La hija de la leyenda del soul, Nona Gaye (su padre es Marvin Gaye), quién no tenía ninguna experiencia previa como actriz, está simplemente maravillosa como la segunda esposa de Ali. En definitiva, creo quees una muy buena oportunidad de conocer más a este deportista que se convirtió en los 70 en todo un referente para los afroamericanos.