Rooster Cogburn es un viejo zorro que le falta un ojo, y un tornillo también, que continua con sus andanzas iniciadas en Valor de Ley (Henry Hathaway 1969) por los territorios salvajes, cazando asesinos en nombre de la justicia.
El rifle y la Biblia puede resultar un poco `fantástica´ por determinados hechos pero mira por donde no desentonan con el carácter del guión, que va un poco a destacar la clásica nostalgia pero sin los malos rollos de mirar atrás en la vida. El caso es que Rooster esta vez se une a una predicadora que tenía que estar jubilada como él, y a un joven indio muy majete que ha aprendido a sentir respeto y admiración por los mayores, por aquellos que lo merezcan, claro. Las andanzas al estilo de La Reina de África, y sobre todo las conversaciones de estos tres personajes son la sal de la película, pero no lo único. Se enfrentan a una banda peligrosa bien definida, liderada por un Richard Jordan que lo clava, y un Anthony Zerbe de rastreador que lo secunda de maravilla.