Haz click aquí para copiar la URL
España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
10
Drama Nueva York, 1961. Llewyn Davis (Oscar Isaac) es un joven cantante de folk que vive de mala manera en el Greenwich Village. Durante un gélido invierno, con su guitarra a cuestas, sin casa fija y sin apenas dinero lucha por ganarse la vida como músico. Sobrevive cantando en pequeños garitos, pero, sobre todo, gracias a la ayuda de algunos amigos que le prestan su sofá para pasar las frías noches. De repente, decide viajar a Chicago para ... [+]
17 de noviembre de 2020
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueva demoledora obra de los hermanos Coen. Una obra en la que no dejan de ocurrir cosas desde el inicio hasta el final, un final que muestra, como dijo Kipling, lo inmerso que estamos en la rueda de la vida. En esto del cine a veces no se trata de cómo encaras una película, sino de reconocer, y aquí hay que conocer y reconocer a este personaje, Llewyn Davis, cantante de folk ("Igual ustedes ya oyeron está canción"), un joven que te llevará a unas situaciones semi grotescas y surrealistas que te sumirán en esa confortable sensación de diversión por lo que vas viendo, aunque sientas algo de pena por el cantante, pero tampoco mucha. Llewyn es como alguien cercano, como si le conocieras y dijeras de él: Es que él es así. Ya se lo dice una de sus ex de un día, arrepentida de serlo, pero con ese extraño rescoldo en su alma.

Llewyn Davis está presente en todas la secuencias de la película; nos cuenta un tramo clave de su vida y le ocurre de todo. La exposición es perfecta, la presentación de los personajes, el ritmo, los sonidos (los del metro te sumergen y notas hasta el tambaleo), todo en general, también alcanza tu sensibilidad con delicadeza: Enternece la sonrisa de los niños negros en el metro viendo al gato en brazos de Llewyn. Llewyn no es un personaje impávido, apático, tiene su sorna, su orgullo, sus malas contestaciones... (atención a la pregunta sobre la longitud del bastón de John Goodman una vez metido por donde le sugiere).

La historia presenta segmentos de otras que hubo que no terminan de desaparecer, dando un aire de autenticidad total a los sucesos; una vida con caminos abandonados, como son las vidas de este mundo. Nosotros nos reconoceremos ahí. Original es poco decir. No se trata de convencer a nadie, la considero ya una comedia trágica mía, personal, una estrambótica historia inolvidable del ser humano existencialista al detall, individualista no beligerante; aquí no hay gags, aquí hay situaciones totalmente factibles dignas de su exposición en las pantallas, una actividad y unos escenarios imperecederos en los que el tiempo de los hechos no cuenta.

Puede ser una comedia negra o incluso de terror: Cuando el policía saca del coche al conductor y se lo lleva, es como el ataque de un vampiro en la noche que se lleva a su víctima y desaparece. Es fácil de explicar las sensaciones que la película crea en ti si conectas, sensaciones agradables. No se puede disfrutar más con la suerte cuesta arriba de un tío. Eso sí, nada más lejos que decir que es lenta y aburrida porque es primordial, vital y sincronizada. Su ritmo es la historia misma, hay multitud de personajes y cada uno tiene su modo de caminar. Y también tiene reflejos de otras obras, me ha parecido un reflejo el tipo del bigote del bar al del papel de Sam Elliott en El gran Lebowski. Atención al paralelismo del gato errático con el rumbo de la vida de Llewyn.

Y aunque de esos bares de música en directo salió Bob Dylan, por desgracia las canciones de Llewyn puede que no gusten; es igual, la verdad es que no darán mucho dinero, pero ahí le tienes tratando de triunfar, y merece la pena seguirle durante esa etapa de lucha por conseguir sus objetivos. O sus sueños.
floïd blue
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow