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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
8
Drama. Intriga. Cine negro Richard Harland (Cornel Wilde), un joven escritor, conoce en un tren a Ellen Berent (Gene Tierney), una bellísima mujer con la que se casa pocos días después. La vida parece sonreírles, pero Ellen es tan posesiva y sus celos son tan enfermizos que no está dispuesta a compartir a Richard con nadie; tanto amigos como familiares representan para ella una amenaza de la que intentará librarse, provocando la desgracia de quienes les rodean. (FILMAFFINITY) [+]
18 de septiembre de 2008
43 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película rodada con extraordinaria meticulosidad, Stahl cuidó sobre todo la interpretación porque el guión, complejo, lo requería. Y lo consiguió con éxito indiscutible.
Durante el transcurso de la historia conocemos a una familia que vive en el rancho Jacinto, presentado con bellas imágenes tanto de los interiores como del campo que lo circunda. Son momentos trascendentales para los que habitan el rancho, quienes parecen moverse al son de una atractiva mujer que llama la atención por la clase que imprime a su carácter: Gene Tierney.
No hay más que verla con qué solemnidad esparce a caballo las cenizas de su padre por los caminos del rancho. Escenas muy logradas que quedan marcadas en la retina.
Esa mujer rompe un compromiso anterior y se casa con el escritor que conoció en el tren y que está invitado en el rancho.
Definitivamente nos logra cautivar, pero muy pronto, con su extraño comportamiento, nos pone alerta y el film empieza a dar un giro admirable, como una inyección de emoción administrada con sabiduría.
Una acertadísima escena hablando con el doctor para que aconseje a su marido la conveniencia de vivir a solas con su mujer, nos deja helados y confirman las temibles maniobras que esperamos vayan produciéndose. No nos defraudará la destreza de Stahl para crear la inquietud en el espectador.
Descubrimos así la obsesión enfermiza de la mujer que de repente pretende poseer en exclusividad al escritor, apartándole de todos, incluso del hermano menor de él, impedido, al que adora, florecen en ella de nuevo esos instintos criminales (al parecer habían estado en letargo desde la muerte de su padre) que guían su inteligencia, ese proceder destructivo que nos lleva a las terribles imágenes en el estanque, difíciles de olvidar.
Los celos que invaden su alma es una enfermedad que la consume con rapidez y voracidad, y así asistiremos luego a un tramo final genuino y admirable.
Contamos también con la intervención de uno de los actores menos comentados en el panorama cinematográfico sin merecerlo: Vicente Price. Según mi opinión sus apariciones en la escena destaca ante los demás no por su altura, sino por su personalidad y rigor.
Jeanne Crain, en el papel de cuñada del escritor, aporta el romanticismo en altas dosis, el deseo, un ávido cambio en la trayectoria, y sin lugar a dudas un final tierno y acertado que enlaza una extraordinaria historia.
floïd blue
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