Buen cachondeo que se aprecia desde el principio con estos visitantes. Nada más empezar llama la atención el vestuario (nobles, guerreros y vasallos), lo bien hechos que están que pasaría perfectamente por una película seria de cine histórico con todas las de la ley.
También hay que considerar la ambientación, se ha optado porque los dos personajes, noble y vasallo, parten desde el s XI y por medio de pócimas y hechizos llegan a finales del s XX, una vez ahí no se entretienen en una desorientación total, lo cual rompería el ritmo, sino que tras unos breves gestos de extrañeza, entran en una dinámica valiente de luchar y defenderse de lo que van viendo y descubriendo por más alucinados que se quedan viviendo lo que para ellos es otro mundo. El sarraceno, el carruaje del diablo…, se enfrentan a ello como si estuvieran en su mundo achacándolo todo a la brujería.
La película no será muy original en su planteamiento, pero tiene un ritmo incansable y unos golpes muy buenos a base de una lógica elemental según va la pareja reaccionando con los utensilios que se van encontrando. Para ello cuentan también con unos personajes adecuados para lo que se quiere contar y en suma, es un rato divertida y te partes.
Del Culón y Del Cojón son dos interpretaciones de Christian Clavier, dispares, que las clava, Jean Reno creo que disfrutó con su personaje y Valerie Lemerciel ya con su sugestiva presencia es suficiente.
Es cuestión de plantearse a aquella gente tan lejana en el tiempo lo maravillados que se quedarían viviendo en la civilización actual, seguramente se morirían del alucine o nunca podrían salir de su asombro terminando locos de atar, pero aquí los dos protagonistas luchan valientemente contra lo desconocido por conseguir su objetivo y poder cambiar un desgraciado hecho.
Me han recordado un poco a las películas de Louis de Funes. Lo peor es que haya habido secuelas; la última es un auténtico fiasco.