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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
9
Thriller El periodista de investigación Joseph Frady (Warren Beatty) y siete periodistas más presencian el asesinato de un candidato al Senado de los Estados Unidos. Cuando sus siete colegas mueren accidentalmente, Frady empieza a dudar de la versión oficial según la cual el autor de los crímenes es un loco que actúa en solitario. (FILMAFFINITY)
29 de noviembre de 2017
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine sobre conspiraciones políticas tiene un fondo intrigante que trasciende la pantalla, despierta una curiosidad especial por venir de las altas esferas, nos hace sentirnos pequeños e ignorantes ante los que ostentan el poder y maquinan, queremos saber de su capacidad para maniobrar en el secreto y conseguir sus fines que posteriormente influirán sobre la sociedad, sobre todo en el aspecto económico, nos intriga el cómo y el quién maneja esos hilos que sabemos que existen desde siempre y en todos los rincones del mundo. Ese cine llama la atención a pesar de la extrañeza que nos puedan causar los hechos que detonen la acción pero nos lo creemos, siempre que esté bien hecha la representación, claro, y éste es el caso sobre esta película, que su atmósfera intrigante es perfecta e interesante en grado avanzado.

El asesinato de un senador americano conlleva una serie de crímenes disfrazados que le llevarán a un reportero de espíritu investigador hasta la médula, a sortear peligros uno tras otro. Nuevamente nos encontraremos a ese profesional que lucha en la oscuridad no por descubrir una luz, sino por su propia vida, es el ciudadano anónimo contra una sociedad secreta indestructible. Y así es, porque los intereses económicos de algunas organizaciones, léase también de una compañía o de un holding de empresas, no pueden estar a lo que el senador de turno decida y si sus intenciones no están claras o no van a contar con su apoyo por lo que sea, lo más “lógico” es deshacerse de él y cómo las cosas bien hechas bien parecen, lo mejor luego es hacerlo disimuladamente -si se puede- y no dejar rastros ni testigos.

Es impresionante esa mesa tipo jurado con ese emblema rigiendo sobre ellos como un símbolo divino y mientras el presidente habla, se supone que a un público que no se ve o a una comisión o a unos medios informativos, ya sabemos que está mintiendo, disfrazando los hechos, pero en suma, explicando algo con buenas palabras para calmar los ánimos y, eso sí, advirtiendo del hecho que en su momento se hará una declaración y por tanto no se podrán hacer preguntas, bastante tiene el pueblo con que se hayan dignado a dar una explicación, aunque esta no aclare nada. Cuando se reclute a alguien, porque se recluta a gente continuamente, se le hará un lavado de cerebro al más puro estilo George Orwell en su obra 1984, presentando fotos de la familia, los amigos, de la religión, del Estado, del enemigo, etc, y luego revolviéndolo todo para confundir al ciudadano y así tenerlo receptivo para presentarle ideas concretas que ya sí entienda y acate, creerá de esta forma que él es ya uno de los elegidos en poseer la verdad y luego lo harán actuar al antojo de la "organización". Técnicas terroristas a todos los niveles, incluso de guerra urbana.

El periodista es un Warren Beatty que desde el principio nos lo muestran hiperactivo y ya metido en líos, es un reportero capaz para esta clase de misterios y su actuación es acertada desde todos los puntos porque resalta la sensación de impotencia de uno solo ante la inmensidad del poder oculto, de ahí esos macro escenarios con el consejo presidencial preparando el evento y festejos para una comida de gala y de recaudación de fondos, sin duda, y también gracias a la labor del señor Pakula que ha entendido perfectamente el aire que debe predominar en la película. De hecho luego se apuntaría a este tipo de conspiraciones misteriosas con títulos de renombre que se puede comprobar en su filmografía.

Una película excelente con un empiece explosivo y un colofón lógico que cierra el círculo, con cotas de acción adecuadas al argumento; el reportero contra las sociedades secretas que no dudan en utilizar el crimen para limar asperezas y que nos acerca a una terrible realidad por descubrir, una realidad siempre oculta, que si nos preguntan si sabemos algo encogemos los hombros ignorantes, porque no sabemos nada de nada y el que algo sabe, se hace el tonto por la cuenta que le trae.
floïd blue
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