Demos gracias a Mankiewicz, un gran director al que no tuve la suerte de conocer, que por su demostrada sapiencia sacó partido de estos excelentes actores que aquí figuran para de una nadería hacer un relato en el que con el hecho de que parece, parece, y vuelve a parecer que va a pasar algo, pues te mantiene atento a la pantalla a ver qué es lo que aparece. Y es que va a pasar algo porque indudablemente ha pasado algo grave, ese algo grave es que ha muerto Sebastián, el hijo amado; Sebastián, el muchacho de la familia Venable, vecinos del barrio de toda la vida; Sebastián el poeta; Sebastián el vago, que lo era, y era algo más también pero no quiero decirlo. Este suceso nos lleva a la destacada aparición de una bellísima Elizabeth más bella que nunca que sufrirá las consecuencias.

Lástima la falta de color porque Elizabeth habla de los ojos azules de Monty Clift como algo fuera de serie, que seguro que lo parecen aunque no se le pueden apreciar por el blanco y negro pero que no sea esa carencia la que te quite las ganas de ver esta película. Atención también a Elizabeth en bañador porque dice ella misma que parece que está en pelotas pero sólo lo parece porque no lo está. Indudablemente aquel verano mantiene una tensión gracias a esto y más cosas, además, y lo más importante, a Elizabeth también parece que la van a lobotomizar, la van a lobotomizar y no sabemos si por delante o por detrás.

Un thriller actual donde ya se hacen referencias a las fronteras, a un lado la gente bien donde está la imponente Elizabeth con el bañador impresionante y al otro unos gitanos que se la quieren comer de mil maneras. En esa frontera el muro aún no se ha levantado, sólo hay una alambrada que también parece poca cosa para frenar el paso de los inmigrantes, es una mierda de alambrada … pero es lo que hay. Un thriller psicológico e inquietante donde unos desgraciados hechos traerán unas inevitables consecuencias ... …