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España España · GALIZANO
Voto de JOSE ANGEL:
9
Drama Isabelle, una hermosa joven de 17 años que pertenece a una familia de clase alta de París, parece tener el mundo a sus pies. Pero tras un verano en el que la pérdida de la virginidad le resulta decepcionante, un viaje de autodescubrimiento sexual la embarcará a partir del otoño en una doble vida: estudiante de día y prostituta de lujo por las tardes. Esta es su historia, a través de cuatro estaciones y cuatro canciones. (FILMAFFINITY)
13 de marzo de 2014
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo, pero solo supongo, que nada te hace feliz, nada es más excitante, nada es más concluyente, nada es más recíproco, nada es más total que una cita secreta, el placer del riesgo, el olor de lo desconocido, el tacto de lo prohibido, el ansia de nuevas emociones, nuevos placeres, nuevas recompensas, otra vez la adrenalina recorriendo tu bello cuerpo…

¿Quién será esta vez? ¿Cómo me tratará? ¿Será delicado o brusco? ¿Sabrá o le tendré que enseñar? ¿Me gustará o no podré evitar una sensación de asco reprimido? ¿Podré besarlo o tendré que evitar sus labios? ¿Estará bueno?

Falta media hora, ya lo tengo todo dispuesto, la casa perfectamente ordenada, la botella fría de cava esperando, nuestras citas son una celebración, una fiesta de los sentidos, un cumulo de propósitos, una película de nervios, un carrusel a punto de salir. Me gusta sentarme en el sofá y deleitarme con la espera, esos minutos previos a tu llegada y fantasear con lo que quiero hacer y puedo hacer, evocar la última vez, desatar la imaginación con nuevos juegos, ser original y hacerte sentir, muy fuerte, muy profundo, muy duro, muy dentro….

Suena el timbre, el ascensor está subiendo, abro la puerta despacio, ya estás aquí… bella y exultante como siempre; nadie como Ozón sabe describir con tanta delicadez y maestría el interior de una mujer, los conflictos que se esconden tras ese rostro joven, bello e imperturbable añadiría hierático, añadiría perfecto; esa falta de expresividad, esa ausencia total de noticias que la hacen enigmática, intrigante, diferente ¿Quién es? ¿Qué espera? ¿A que aspira? ¿Qué desea? ¿Por qué? La eterna pregunta ¿por qué?

Y como el psiquiatra de la película nos sentamos en nuestra butaca esperando que nos cuente todas sus aventuras, que nos diga lo que hizo y con quien lo hizo, quienes eran ellos, cuál es su historia…todo lo que nosotros alguna vez hemos soñado hacer pero no nos atrevemos, queremos ser su amigo, queremos ayudarla, pero ella no cuenta nada, no necesita nuestra patética ayuda, es inescrutable, es silenciosa, es tímida, es ELLA, una hembra formidable, el gran misterio. Una sonrisa suya es la felicidad, un mal gesto es dolor, su llegada la dicha, su marcha el desierto, su ausencia la frustración, sus mensajes la vuelta al deseo, su voz…ya no me acuerdo.

Creo que la gran belleza de la película radica en que pudiendo haber hecho un tratado de pornografía, habernos ilustrado con estéticos juegos sexuales, haber rascado en la mediocridad e indecencia humana, en la doble moral, en las grandes diferencias entre lo que debo, lo que pienso, lo que hago y lo que deseo, Ozón nos enseña a no juzgar por nosotros mismos, a apartar los absurdos prejuicios, a dejarnos llevar por las intuiciones y caer rendidos en los hoteles del deseo, de las tentaciones, del sexo por el sexo, sin falsos arrepentimientos, sin moralejas estúpidas, sin finales que redimen pues no hay final, la vida que describe Isabelle es la que nosotros nunca vamos a vivir, gracias a nuestra pareja siempre atenta a cualquier atisbo de infidelidad: El miedo
JOSE ANGEL
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