Hacía tiempo que una serie no me provocaba esta sensación: la de engancharme y entregarme totalmente, esperar cada nuevo episodio con entusiasmo, verlo tanto en VO como doblado, querer a todos y cada uno de los personajes sin repeler a ninguno, motivarme, sentir que estoy sentada en el mismo sillón que ellos.

Personajes logradísimos, diálogos currados, actores perfectos con actuaciones brillantes, guiños geniales, apariciones inesperadas y satisfactorias. Puede que algunos capítulos sean mejores que otros, pero siempre te quedas con ganas de más, con ganas de saber cómo sigue después, qué pasará a continuación.

Recuerdo que cuando empecé a verla, no pillaba el tipo de humor y pensaba "Tal vez esta serie no sea para mí", ya que muchas veces hacían referencias al mundo científico (la física, la química, personajes, ciencia-ficción...), otras veces recursos literarios, y me empezó a gustar: esos juegos de palabras, esas mezclas de comparar una situación con algo más complejo, me resultaba fascinante.

Original, divertida, refrescante, inteligente. The Big Bang Theory es simplemente una sitcom de referencia.