“Pa negre” se sitúa, en mi opinión, entre los mejores trabajos del mallorquín Agustí Villaronga. El peculiar cineasta ha sabido intuir las concomitancias con su propio universo que le brindaba la literatura de Emili Teixidor, de ahí que se haya permitido mezclar la novela homónima con otros materiales previos del escritor, como el libro “Retrat d´un assassi d´Ocells” o los cuentos contenidos en “Sic transit Gloria Swanson”, logrando aun así una obra perfectamente armoniosa, de una coherencia absoluta. Una vez más, el director se acerca a los tiempos de la postgerra civil, desde la Cataluña rural, logrando esquivar, afortunadamente, todos los tópicos que suelen utilizar los cineastas actuales, con el maniqueísmo descarado progre (los nacionales malos y los republicanos buenos).

También abandona esa tendencia al hiperrealismo de este tipo de dramas rurales, a pesar de mostrar la pobreza de forma explícita, dejando que un cierto aroma fantástico, impregne suavemente todo el relato. Emborronando las fronteras morales entre vencedores y vencidos. El film se articula sobre el proceso de aprendizaje vital del pequeño protagonista, Andreu (Francesc Colomer), hijo de un republicano convencido que irá conociendo el complejo mundo de los adultos. Villaronga tiene la valentía de plantear la posibilidad de que, pese a la nobleza de sus ideas políticas, los militantes de izquierdas también pudieron escoger caminos equivocados, tortuosos y conflictivos. Y es que el cineasta, gracias a un estupendo casting y una vigorosa puesta en escena, muestra el régimen franquista como una enfermedad contagiosa, un cáncer que pudre todo lo que toca, pervirtiendo cualquier sentimiento y tendencia política.

El cineasta, sabedor de la estructura de thriller que tiene la historia original de Teixidor, en lugar de subrayar la brillante reconstrucción de época, prefiere potenciar el misterio por desentrañar que el argumento tiene ya desde su brutal y despiadado arranque, la evolución íntima que vive su protagonista descifrando la información sobre lo ocurrido y atando cabos, pese a las mentiras o verdades a medias que le suministran los que le rodean. Descubriendo que vive rodeado de secretos inconfesables. Otro tema fundamental en el pequeño es el descubrimiento del sexo, visto a través de los ojos de Andreu, Villaronga plantea una oposición entre el mundo heterosexual que rodea al protagonista, que parece reprimido y perverso, y los personajes homosexuales que se cruzan en su camino, los únicos definidos con rasgos positivos, no es raro por tanto, que lo estén identificados por los ángeles. Un film nada convencional.