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Voto de Antonio Morales:
8
Bélico. Acción Abril de 1945, la guerra está a punto de acabar. Al mando del veterano sargento Wardaddy (Brad Pitt), una brigada de cinco soldados americanos a bordo de un tanque -el Fury- ha de luchar contra un ejército nazi al borde de la desesperación, pues los alemanes saben que su derrota estaba ya cantada por aquel entonces. (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la primera película que veo de David Ayer, cineasta que, al menos, por esta obra me parece un interesante director con personalidad y criterio, a la hora de narrar una historia áspera y sombría, tratando de reinventar el género bélico con audaces fórmulas desde una perspectiva clásica, pero alejada de los estándares de Hollywood. “Fury” (Furia) su título original, alude al nombre que luce el tanque en su cañón, y que refleja el espíritu de sus tripulantes, no es una película más de guerra o de patriótica propaganda, como algunos espectadores y usuarios se han apresurado erróneamente a calificar. Resulta curioso, cómo la califican de americanada, absurda, vergonzosa, otros recurren a la veracidad histórica, cuando el cineasta no apela en ningún momento a ese rigor histórico, quizás si la vieran otra vez cambiarían de opinión, porque sencillamente, no han entendido nada con sus prejuicios anti yanquis.

La visión que el cineasta nos muestra de la ofensiva final en tierras alemanas durante la 2ª Guerra Mundial, desde la perspectiva actual, revela que nada fue tan simple como nos han contado con la “Guerra Buena” por la libertad. Su desarrollo estuvo marcado por tremendas ambigüedades morales, pero lo que me parece obvio, más allá de esos absurdos prejuicios, es que si los americanos no hubiesen intervenido, seguramente estaríamos en un mundo mucho peor del que disfrutamos, aunque nosotros mismos cuestionamos nuestros valores, que no deben ser tan malos para nuestros intereses occidentales cuando los fanáticos totalitarismos están dispuestos a socavarlos. Las guerras nunca han sido buenas ni románticas, por muy bien que nos las presentaran en años pretéritos, a través del cine, idealizando y glorificando a los vencedores, pues suelen ser ellos quienes escriben la Historia.

La secuencia que abre el film es bien elocuente: un oficial alemán de porte aristocrático, a lomos de un caballo blanco, aparece por el horizonte mientras amanece, recuerda en ciento forma a uno de esos caballeros guerreros medievales, atraviesa un campo de batalla moderno asolado por el fuego, la muerte y la destrucción total, pero su atrevimiento e ingenuidad, le costará muy caro. Todas las guerras son atroces, inhumanas y nada en este mundo es capaz de dulcificarlas, ni siquiera su representación artística. “La guerra es crueldad, no puede ser refinada, no se la puede civilizar”, eso lo dijo el general William T. Sherman (1820-1891), destacado militar nordista (el tanque lleva su nombre, es un modelo M4 Sherman) y promotor de la "Guerra Total” (consistente en destruir sistemáticamente todo le que se encuentre a su paso, casas, cosechas, medios de transporte, etc.). Esa es la filosofía de la película y la de los integrantes del tanque, seres influenciados por las circunstancias de esa guerra y su brutalidad.

Por otro lado, la falta de desarrollo narrativo del film, su incongruencia conceptual, obedece a que no sigue las estrictas convenciones del género, no glorifica la guerra pero sí que muestra compasión por los guerreros, además de su radical mezcla de realismo y abstracción para lo que, se supone, es un film comercial. Y es que apenas, ningún personaje despierta nuestra empatía, si no es el joven novato (Logan Leman) que poco a poco irá asimilando la locura y la deshumanización, en lugar del civismo que presumía. El supuesto héroe (Brad Pitt) es un hombre destrozado psicológicamente por la guerra, no es extraño que exhiba su ferocidad por sobrevivir: “Matar o morir, ellos o tú...”, sentencia el sargento Collier (Brad Pitt), llevándolo todo ello hasta extremos perversos, esa es la clave de lo que nos quiere transmitir Ayer con su película. En cuanto a la curioso encuentro con las chicas alemanas, es un “Carpe diem” (aprovecha el día) creo que también queda bien claro, tras los acontecimientos. Notable film que va mucho más allá de un simple relato visceral sobre la guerra.
Antonio Morales
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