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Voto de Antonio Morales:
6
Intriga. Thriller Un asesino serial conocido como "El Vengador" está matando jóvenes rubias bajo la niebla de Londres. Al mismo tiempo, un nuevo inquilino, Jonathan Drew, llega a la casa de los Bounting y alquila un cuarto. El hombre tiene hábitos peculiares: sale por la noche en medio de la neblina y guarda una imagen de una rubia y joven muchacha. La hija de los Bounting, Daisy, es una modelo de cabello rubio y está comprometida con Joe, un detective ... [+]
25 de abril de 2014
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para Hichcock “The Lodger” fue en realidad su primera película. Aunque anteriormente había realizado otras dos, a los 27 años había dirigido su primera película, “El jardín de la alegría” (The pleasure garden, 1925), una fábula moralista sobre el teatro que aunque el cineasta la denostara, ya mostraba alguno de los temas que serían habituales en su obra. Hay una escena de “voyeurismo” puro, unas chicas bailando en escena, mientras unos hombres mirando entre el público en primer plano a las bellas mujeres. Un hombre incluso saca unos prismáticos de ópera para mirar las piernas de las chicas más detalladamente. Es interesante recordar que desde el principio de su obra, está presente la tensión de lo masculino y lo femenino y la opresión de la mujer por parte del hombre, otro tema recurrente del cineasta. Se cree que todas las copias de su segunda película, “El águila de la montaña” (The mountain eagle, 1926), se han perdido para siempre. El propio Hichcock la calificaría de horrible más tarde.

“The Lodger” es una historia construida en función de la falsedad de las apariencias. Todo apunta, y Hitchcocok se recrea en subrayarlo astutamente, a que Jonathan Drew (Ivor Novello, el huésped que da título al film), recién llegado a una casa de huéspedes, podría ser el criminal que busca la policía de Londres, como asesino de unas cuantas chicas siempre rubias, que deja la marca del triángulo sobre sus víctimas, bajo el nombre de “Avenger”, el vengador. La presentación del misterioso huésped, con la sombra de Jonathan proyectándose sobre la puerta y la aparición ante la cámara, es buena prueba del talento de Hitchcock. Solitario y esquivo, de conducta extraña, en un Londres oscuro y sinuoso, la llegada del huésped despierta todas las sospechas. Es pues, una película que juega continuamente con la idea de la duda, lo cual se convierte en el eje de la puesta en escena. Los temas recurrentes del cineasta ya están ahí, el hombre a la fuga, el falso culpable, temas que él manejaba con maestría.

Hay mucho juego de sombras y techos transparentes, lámparas que se balancean, detalles de un director original y reflexivo. Tiene una atmósfera de crimen y sexo combinados. Se atisba ya en esta película, una alegría creativa, una brillantez formal y una intensidad narrativa que anticipa ya futuros logros del maestro, muestra de ello es ese beso entre Jonathan y Daisy que puede interpretarse como esbozo de momentos similares en otras películas posteriores como “Recuerda” o “La ventana indiscreta”. También fue la primera vez que Hitchcock hizo un cameo, que explico en spoiler, parecer ser que faltaba un figurante, así que hizo él el papel. Una vez comentó que salía en los primeros minutos del film para que el público no se pasara toda la película distraído buscándole.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Antonio Morales
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