Son muy pocas las adaptaciones de los libros de Stephen King que se hacen con inteligencia y acierto. Esta película es una excepción. El clima de incertidumbre y zozobra que transmite al espectador es permanente y convincente. La extraña amenaza que contiene la niebla nos crea una tensión creciente, cuyo desenlace es completamente coherente, con los miedos que esas extrañas y mortíferas criaturas les producen a los habitantes de un pequeño pueblo refugiados en un almacén. Una vez más y como tema de fondo, el irresponsable comportamiento de los gobiernos, que produce tragedias colectivas y dramas humanos, sin reparar en las consecuencias de esos actos, y lo más grave, sin ofrecer ningún tipo de compensación sobre las víctimas.