Al principio estaba reticente a ver esta película, sobre todo después de haber visto hace un par de días "Tiempo de matar", otro film sobre juicios que no cumplió mis expectativas.
Lo que me encontré fue una sorpresa y una auténtica maravilla, desde el inicio hasta el final. No aburre en ningún momento, ni le sobra ni le falta nada, pero no puedo ponerle más nota porque no es una película redonda. Está muy bien contada, filmada, pero no se puede decir que vaya a entrar en la lista de las mejores películas de todos los tiempos.
El esfuerzo interpretativo de los actores es increíble. ¿Hay alguno que lo haga mal? Yo creo que no. Desde Hilary Swank (que aquí demuestra por qué se ha hecho merecedora de dos óscars), Sam Rockwell (caracterización magistral), hasta Minnie Driver (que casi le quita el protagonismo a Swank en cada escena que aparece) o Juliette Lewis (que en lo poco que sale, cautiva).
Parece previsible prácticamente desde que empieza, pero lo bueno es que siempre aparece algo en el caso que hace que dudemos de si el protagonista es o no el asesino, aunque aquí no es lo que más importa, sino que el tema principal de la película es la superación, el amor entre hermanos, la confianza ciega y la lucha contra la justicia y el sistema.
Como película basada en un hecho real está cargada de heroicidad, de drama familiar, de sentimentalismo propio de su género, etc, pero sus actores lo hacen todo mucho más atractivo, sin caer en burdas comparaciones con tv movies del montón.
Si quieres entretenerte con una buena película, esta es una buena opción.