La película nos da que pensar un tema curioso, los límites del periodismo, cuáles son esos límites que no se pueden pasar, hasta dónde una persona llega por una exclusiva. Como estudiante de periodismo, he visto varias cosas usadas:manipulación de las escenas, refugiarse en el derecho a saber de los televidentes...

Las actuaciones son muy buenas, pero no me convence el personaje del Bloom. Una persona que, como dicen, no habla casi como un humano. Un ladrón de una moral corrupta que no le importa traspasar límites. Sin embargo, habla mucho como un robot en ocasiones, da unas parrafadas de impresión... pero no le veo humano. Un ejemplo, Hans Landa es un personaje similar, ladino, sibilino, un trepa de la vida que sabe qué jugadas hacer en qué momento. Sin embargo, ese carisma especial que vi a Landa al humanizarle no lo vi en Bloom, sólo veía un trepa muy bueno, pero un bastante plano. Los pocos momentos que se relaciona haciéndose pasar por humano, que son pocos, los veo como excepciones y falsos.

Por arriba lo comparan con El Gran Carnaval o The Network... sinceramente, me siguen pareciendo muchísimo mejores esos filmes porque sus protagonistas son humanos. Sé lo que querían, veo su lado humano, sus miedos, sus dudas... con Bloom, no me ha pasado eso. Un sociópata que no vi duda o miedo, tampoco sé cual es su objetivo aparte de el dinero, pero el periodismo es una forma de conseguirlo.

Aún así, una peli interesante con un buen guión y una buena fotografía.