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Voto de JorgeRTadeo:
9
16 de abril de 2007
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras un feliz debut como director con la pequeña pero admirable "Una historia del Bronx", De Niro se arriesga a dirigir un ambicioso guión de Eric Roth que repasa la trayectoria de la CIA a través de la tortuosa vida de uno de sus agentes, Edward Wilson, al que da vida con formidable contención Matt Damon, en el mejor papel de su carrera.
Un guión minucioso y de milimétrica precisión de Roth y una narración pausada y elegante de DeNiro convierten "El buen pastor" en un auténtico lujo: una película densa, interesante siempre, y de una frialdad sólo aparente, que se desvanece con secuencias tan sobrecogedoras como la del muelle, la tortura o ya hacia en el desenlace la boda frustrada.
Eric Roth no se conforma con detallar la génesis de la CIA, o contraponer las virtudes de la Agencia a sus miserias, sino que trascendiendo la tarea de historiador, trata de plasmar -como ya hizo en Munich- lo peligroso que puede resultar anteponer el deber a la voluntad, el trabajo a la familia, y la nación a uno mismo; poniendo así en duda la idoneidad de convertirse en el leal zapatero de un rey (el Estado) sin obtener a cambio más recompensa que la satisfacción del deber cumplido.
Un guión minucioso y de milimétrica precisión de Roth y una narración pausada y elegante de DeNiro convierten "El buen pastor" en un auténtico lujo: una película densa, interesante siempre, y de una frialdad sólo aparente, que se desvanece con secuencias tan sobrecogedoras como la del muelle, la tortura o ya hacia en el desenlace la boda frustrada.
Eric Roth no se conforma con detallar la génesis de la CIA, o contraponer las virtudes de la Agencia a sus miserias, sino que trascendiendo la tarea de historiador, trata de plasmar -como ya hizo en Munich- lo peligroso que puede resultar anteponer el deber a la voluntad, el trabajo a la familia, y la nación a uno mismo; poniendo así en duda la idoneidad de convertirse en el leal zapatero de un rey (el Estado) sin obtener a cambio más recompensa que la satisfacción del deber cumplido.