No hay que desviarse mucho para convertir la sinrazón de la guerra en comedia. Como hizo Kubrick o el mismo Gila. O como vemos en las noticias al escuchar los monólogos cómicos de George Bush, con sus complejos de almacenes de armas de destrucción masiva, con la justicia infinita, con la democracia dictatorial.

La mezcla de comedia y cine bélico es magistral, ya que no se trata de una mezcla de escenas cómicas con otras trágicas. Si no que hasta las partes más dramáticas tienen siempre presente su toque de humor. Y todo eso sin perder ni una pizca de tensión durante toda la cinta. Que le quiten lo bailao!