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Voto de chemivar:
9
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Drama
El conflicto palestino-israelí sirve de telón de fondo a este drama. Salma, una viuda palestina, tiene un litigio con el ministro de Defensa israelí. La casa de éste, en la frontera palestino-israelí, linda con su campo de limoneros. Cuando las autoridades deciden que los árboles deben ser talados porque representan una amenaza para el ministro de Defensa y su familia, Salma decide emprender una batalla legal para salvar sus limoneros. (FILMAFFINITY) [+]
10 de junio de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre es difícil tener un vecino que se crea con más derechos que uno. Pero si su casa está del otro lado de la frontera, es el ministro de defensa israelí, tiene el apoyo de las fuerzas del "orden" y yo no soy más que una viuda con una huerta de limones, la pelea es bastante dispar. El conflicto árabe-israelí mostrado en la cotidianidad de una mujer cuya herencia, arraigo, fuerza, se encuentra en cada uno de sus limoneros. No sólo de ellos vive sino que de ellos se nutre su alma. No necesita hablar del sufrimiento pues su rostro lo refleja (el rostro de la actriz Hiam Abbass habla, es maravilloso su lenguaje no verbal). La lucha no se platea tan solo en las cortes, la más importante es ante la prensa y es allí donde Salma tendrá en su vecina a una aliada inesperada...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hermosa fábula sobre el conflicto, la tierra, el derecho a la posesión y a la dignidad, interesante que sea una coproducción Francia-Israel pues el conflicto se muestra más desde el lado palestino (¿Se está tomando conciencia?).
En Colombia el conflicto también desplaza todos los días a personas cuyo medio de subsistencia y dignidad humana están ahí, en la tierra, herencia de sus antepasados, personas acostumbradas a una economía de apropiación que van a las ciudades desconociendo el modo de producción actual y para las cuales vender su fuerza laboral equivale a venderse. Un nudo más en la resolución del conflicto armado nuestro. Cuando una indemnización económica no compensa la vida que se perdió.
En Colombia el conflicto también desplaza todos los días a personas cuyo medio de subsistencia y dignidad humana están ahí, en la tierra, herencia de sus antepasados, personas acostumbradas a una economía de apropiación que van a las ciudades desconociendo el modo de producción actual y para las cuales vender su fuerza laboral equivale a venderse. Un nudo más en la resolución del conflicto armado nuestro. Cuando una indemnización económica no compensa la vida que se perdió.