Llego a dudar si los papeles en las películas de animación se hacen primero y después se asignan las voces, o como me hace pensar en este caso, se le asigna a un actor y se hace el personaje a medida. Quien siga con una mínima atención la trayectoria de Johnny Deep sabrá de inicio a qué atenerse con la película.

Sin embargo, y a pesar de ser el único protagonista de la cinta, no es el camaleón el atractivo de la misma. No señor. El amplio reparto secundario, cada uno de los personajes que aparecen en la película, va mejorando por momentos, no defraudando ni uno solo. Y no son un par de ellos, graciosos y esperando un spin off que defraude, sino todo un amplio elenco del que no sabrías cuál de ellos rescatar porque todos están en su sitio, en la película ideal y en su entorno adecuado. Sutiles y perfectos. De hecho, casi me atrevo a decir que es el principal el que defrauda un poco, siendo los secundarios los que levantan la película y la hacen respetable.

Y por lo que sin duda merece la pena, es por el puro estilo western, con cada tópico dibujado a la perfección, calculado y resaltado en su justa medida. A los amantes del género debe fascinarles, está realmente cuidada (olvidando claro está el toque humorístico que caracteriza, acertada o erróneamente, a casi todas las películas de animación de la nueva generación).

Muy potente visualmente en la ambientación.