Porque la HBO tiene un pasado. Un pasado brillante. Y tiene un presente, menos brillante. A ese presente pertenecen film como el último de Al Pacino, "Phil Spector" o este mismo que nos ocupa. Osea, películas "basadas en". Y esas películas "basadas en" se esfuerzan por ofrecer un drama complejo. En el caso de la presente película nos enseñan cómo Hitchcock era un pervertido, una rata inmunda, un sucio lamento humano que no debía existir. Si eso fuese como dice el telefilm, su carrera debió redimirlo, ya que el genio público superó sus perversiones privadas.
Pero nos da a muchos que la cosa no es así.
Para empezar, siempre ha habido comentarios, suscitados por el mismo Hitchcock, sobre su falta de respeto a los actores. Continuamos con su legendario apego a las rubias... pero no entremos en si él no quería a su mujer. Hace poco vimos otro film en el que un Anthony Hopkins poseído de Hitchcock vivía eternamente enamorado de Alma Reville (Helen Mirren). O los historiadores de aquella no sabían nada o los de esta se equivocan.
Dicho lo cual, lo único valioso de este telefilm es el rótulo final: "Thanks to Tippi Hedren". La rubia siempre acaba ganando algo.. aunque sea un crédito de agradecimiento.