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Voto de Vivoleyendo:
7
Romance. Drama La joya del cine tailandés del año "Wonderful Town" narra una historia de amor en un paraíso perdido al sur de Tailandia: Takua Pa, una pequeña aldea costera que se repone del tsunami que acabó con la vida de varios miles de personas. Tom, un arquitecto de Bangkok, se traslada hasta allí para supervisar las obras de reconstrucción de un hotel en la playa, arrasado por el tsunami sufrido 3 años antes. Instalado en el único hotel que ... [+]
4 de julio de 2008
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando, el 26 de diciembre de 2004, el tsunami del Océano Índico devastó las costas de diversos países asiáticos (llegando incluso a África) y borró del mapa en un instante a un cuarto de millón de personas, marcó un antes y un después en la era actual.
Tailandia fue uno de los más afectados, y las imágenes de la tragedia aún permanecen grabadas en la memoria colectiva.
Aunque, sin duda, la vida sigue, las colectividades olvidan pronto y comienzan a reponerse de las catástrofes con ese instinto de conservación que triunfa por encima de casi todo.
No es que "Wonderful town" sea un reflejo de la catástrofe ni pretenda resucitar morbosamente recuerdos asoladores. Simplemente, muestra una pequeña ciudad tailandesa que se va recuperando lentamente, portando los frágiles fantasmas de un pasado reciente de destrucción masiva. Un silencio indefinible se desliza por la atmósfera, un silencio triste de una población que seguramente tuvo que empezar de nuevo y que al mismo tiempo trata de mirar a un futuro lleno de incertidumbres.
"Wonderful town", a mi manera de ser, es una modesta mezcla entre cine intimista y cine social, quedándose a medio camino en sus pretensiones.
La historia, veraz y natural, se centra en el ambiente apagado y calmo en el que la pequeña ciudad se sumerge. Un cielo casi perpetuamente nublado y lluvioso sirve de techo a la belleza en la que la cámara se recrea. Una belleza que no va más allá de los edificios ennegrecidos por la humedad, de un terreno de colinas y montañas escarpadas que rodean a la ciudad con su manto de oscuridades y penumbras, de una vegetación exuberante.
Ahí es donde Na, la callada y tímida Na, regenta su hotel, que languidece tranquilamente por la falta de bullicio. Las heridas del pasado, heridas que hablan de muertes y ausencias, cicatrizan suavemente, y ella contempla el transcurrir de los días sin más horizontes que los que puede observar desde la azotea, mientras tiende la ropa de la clientela.
Hasta que un día la monotonía se deshace con la aparición de Ton, un joven arquitecto que viene a supervisar la construcción de un hotel cercano y que busca la tranquilidad y el silencio. Al contrario que la mayoría, huye del mundanal ruido de Bangkok, de las aglomeraciones, y viene gustosamente a perderse en ese rincón donde Na sueña sin demasiadas esperanzas.
El romance irá surgiendo despacio, dulce y lleno de calladas ilusiones.
Pero sutilmente amenazado por los alambres de espinos representados por una sociedad más cerrada de lo que parece a simple vista.
La historia de Assarat se queda corta, indudablemente, y abusa de los planos dirigidos a ninguna parte, tratando quizás de compensar la escasez argumental con imágenes parsimoniosas. El resultado, en mi opinión, es bello pero algo pobre.
Aunque desde luego que hay magia.
Y la punzada de lo imposible.
Vivoleyendo
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