Lo bueno de no llevar las expectativas muy altas cuando vas a ver algo es que a veces te sorprende positivamente y acabas recibiendo más de lo que esperabas.
Quitando la poco expresiva actuación de Mario Casas (excepto en algunos momentos en que lo hace pasablemente bien, sobre todo cuando no habla), todo lo demás me ha parecido de gran calidad. Las interpretaciones del resto del elenco (sobre todo Macarena García y Berta Vázquez, sobresalientes) están a la altura, la fotografía y ambientación nos transportan al paisaje tropical del antiguo Fernando Poo, el vestuario es de primera, la banda sonora fluye sin estridencias, la trama transcurre en un adecuado ritmo entre pasado y presente y se refleja con credibilidad la tensa época en la que los vientos de la independencia empezaban a soplar en la ex-colonia española que actualmente se llama Guinea Ecuatorial.
Killian y Jacobo, los hermanos que en los años cincuenta regresaron a Fernando Poo para trabajar en la finca Sampaka, así como Clarence, miembro de la familia Rabaltué de la era actual, son los protagonistas que nos muestran dos mundos radicalmente distintos: una tranquila Huesca pirenaica de inviernos nevados y la exuberante isla ahora conocida como Bioko, que se convirtió en productora de un cacao muy apreciado en todo el mundo. El español, el inglés chapurreado y el bubi se mezclan en una cacofonía de idiomas; se palpa la tensión y el odio entre blancos españoles y negros guineanos, aunque también existen relaciones de auténtica amistad entre algunos integrantes de ambos pueblos; los negros son tratados como esclavos por los blancos que se creen superiores y con derecho a hacer lo que les da la gana. Los indeseables suelen medrar y campar a sus anchas en esos lugares donde tienen vía libre para sacar sus instintos sádicos. Y las mujeres negras procedentes de otros países africanos se prostituyen a los blancos para sobrevivir.
Cuando Clarence empieza a reunir los datos que la acercan progresivamente a la misteriosa vida de ultramar de sus antepasados y viaja al lugar donde todo empezó, descubre revelaciones tan hermosas como terribles y por el camino conocerá a la pequeña parte de su propia familia que había permanecido oculta. Y se crearán nuevos lazos que unen dos continentes y dos culturas.
Una turbulenta historia repleta de pasiones, traiciones, amor contra todo pronóstico, vidas truncadas y nuevas esperanzas que surgen en las generaciones jóvenes, en cuyas manos está enterrar décadas de callado dolor y hacer las paces con el pasado.