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Voto de Vivoleyendo:
6
Drama. Romance Adaptación mexicana del clásico "Cumbres borrascosas", de Emily Brönte. Alejandro regresa, tras 10 años de ausencia, a El Robledal, la hacienda en la que vivió de niño junto a sus padres y hermanos adoptivos, con la intención de casarse con Catalina, su antiguo amor de adolescencia. Pero Catalina ya es la esposa de otro hombe, por lo que Alejandro, en un acto de despecho, decide casarse con la hermana de su rival.
9 de junio de 2010
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pasión, lo que se dice pasión, no la percibo en gran cantidad. Y no se debe a que en el argumento no la haya. La novela de Emily Brontë la derrocha en una tormentosa relación de amor-odio, tan borrascosa como el título.
Buñuel se distanció de su estilo más característico en este drama romántico que, al sustentarse en una de las obras culmen de la literatura, podría haber sido soberbio, tan soberbio como su fuente. Pero no da la talla. No da la talla en la dirección de actores, a todas luces insuficiente. Todo el rato los veo actuar, recitar su papel como los amateurs en las obras de teatro de los colegios o de compañías extraoficiales de aficionados que ofrecen funciones por amor al arte. Me atrevería a aseverar que he sido testigo de representaciones amateurs en las que los actores lo eran de los pies a la cabeza, mejores en todo caso que los protagonistas de “Abismos de pasión”. Hasta los secundarios son más naturales.
Catalina y Alejandro, las réplicas de Catherine y Heathcliff, no comunican ni por asomo una pasión indomable. Son una mera sombra de los originales, sin la fuerza telúrica que debería arrastrarlos a un infierno en vida y muerte que aquí no capto por ningún sitio.
Y claro, ahí está el problema. Si la trama de la auténtica “Cumbres borrascosas” permanece grabada al rojo en la memoria, es por la furia desbocada que sacude tanto la atmósfera real como la afectiva. Lo sobrenatural sobrecoge, los elementos desatados confieren un halo de mal presagio, de sufrimientos interminables y de catástrofes venideras. Buñuel se conformó con un drama más elegante que desbordado. Y al conformarse con esa factura, su película perdió gran parte de la esencia de la que se supone que bebió.
De todas maneras, es una puesta en contacto sensible y aproximada a la musa que inspiró a uno de los mayores genios de la pluma: Emily Brontë.
Vivoleyendo
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