Tras oír y leer tantas alabanzas de esta laureada comedia romántica de Ford, tenía la expectativa de encontrarme ante una película superior. Pero no ha sido así.
Por algún motivo que creo entrever, “El hombre tranquilo” falla en mi ranking, hay algo de lo que carece y que impide que pase al puesto de las encumbradas, o siquiera de las aceptables.
Para comenzar, me resulta demasiado simplona, según lo que yo aguardaba antes de verla. Dejando aparte el hecho de que sea el reflejo de una pequeña comunidad irlandesa, como otras muchas que habría en esos tiempos y que seguirá habiendo, con sus tradiciones, sus costumbres y sus normas de conducta social y protocolo… Pues no me he quedado tocada ni mucho menos con los hechos que le acontecen a Sean Thorton, natural de Innisfree, la población protagonista. Apodado “El Yanqui” por haber emigrado a Estados Unidos, ha regresado dispuesto a comprar su antigua propiedad familiar (que había sido vendida) y a establecerse en las añoradas tierras de su infancia.
Pero su larga ausencia le ha hecho desarraigarse de esas reglas tácitas que exigen ciertos modos de comportamiento, y del carácter tozudo de los habitantes.
Así que empieza mal. Se enamora de una guapa solterona de malos humos que resulta ser la hermana del hombre que ambicionaba desde siempre adquirir las antiguas tierras de los Thorton. Despechado, éste se niega a concederle la mano de su hermana a Sean Thorton, el nuevo y flamante propietario…
Ford recrea una historia de romance, de rencillas familiares y de la forma de ser de un pequeño pueblo irlandés que yo veo desfasada. Se trata de una película que para mi gusto no soporta bien el paso de las décadas, y puede que en los cincuenta pudiese ser casi una maravilla, pero hoy día a mí se me antoja como una comedieta con un guión muy tonto, que ni siquiera sabe transmitir con gracia las situaciones. A John Wayne lo veo forzado y sobreactuado, como fuera de lugar, acostumbrado a sus westerns (aparte de que me da dentera ver a un puñado de hombres haciendo el gallito para demostrar lo mucho que valen). A Maureen O’Hara prácticamente no la soporto la mayor parte del tiempo. Y los demás aún me interesan menos.
De modo que esta comedia no ha tenido éxito conmigo.