Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Vivoleyendo:
6
Thriller. Drama Desde el primer momento la joven Alice (Heather Graham) pone sus ojos en Adam (Joseph Fiennes), un misterioso y atractivo extraño, y ambos se embarcan en una apasionada relación, llena de riesgo y erotismo. Pero cuando los secretos del pasado de Adam empiezan a aflorar, Alice se encontrará en una situación de la que no sabe si podrá escapar. (FILMAFFINITY)
17 de diciembre de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chicas, vamos a hacer una lista de las cosas por las que NO debemos nunca dejarnos llevar hacia una situación que claramente destella tantas señales de peligro que está más que claro que hay gato encerradísimo.

1. Un cachas coincide contigo en un semáforo y nada más miraros ya ves florecitas y corazoncitos flotando a tu alrededor. Vale, ya sabes que estás muy buena, pero tampoco es como para que el colega te mire con ese careto de carnero degollao que es más que suficiente para ponerte en guardia. Pero claro, en ese momento nos volvemos tan rematadamente tontas (anda que si nos viéramos la cara de panolis que ponemos y las risitas bobas que soltamos) que lo único que vemos es su aura misteriosa (qué atrayentes somos todos cuando todavía no se nos conoce, ¿verdad? Dejad que pasen unos mesecitos de convivencia) y sus musculitos de gimnasio y ya nos creemos que estamos ante la felicidad suprema. Cosas de las hormonas, las feromonas o alguna de esas.

2. Te vas con el cachas a su casa y te pega un repaso que te pone mirando pa Cuenca sin que te haya dado tiempo ni a pestañear. El churri que te está esperando en tu casa no te ha puesto mirando pa Cuenca, como mucho pa Albacete, que no es lo mismo ni por casualidad. Así que ya crees que este tío es tu otra mitad, como el mito de las mitades del "El banquete" de Platón, que el mismo cachas te menciona, dándote a entender que además de un fiera en la cama, es culto y todo, jo, pero qué perfectísimo de la muerte. Y tú sueltas otras de esas risitas bobas y te crees todas esas pamemas.

3. Comparas entre tu churri y el cachas y, como el churri no está así de bueno ni folla tan bien (y además ya lleváis tiempo viviendo juntos y eso pasa factura), las feromonas te ciegan y claro... ¿A que no adivináis quién gana por noqueada?

4. Conoces a su hermana que parece tan guay que escama, y empieza a decirte cosas inquietantes como "si estás con él estás del todo, para siempre". Puff, qué mal rollo.

5. Es escalador. A mí personalmente el alpinismo me da un yuyu horroroso, tengo vértigo y además de niña no fui capaz ni de escalar un pino que midiera más de dos metros de altura. Todavía si fuera apasionado del senderismo, que es el único deporte que me gusta, sentiría algo de afinidad. Pero ese apego a trotar por las montañas como cabras montesas es un síntoma de incompatibilidad entre él y yo. Ya sé que la aspiración de mi vida no es ser un sherpa del Himalaya. Pero a ti te chifla esa vena de afición a los deportes de riesgo, por supuesto, qué machote que trota como las cabras hasta siete mil metros de altitud. Hasta te apuntas a dar clases de alpinismo.

6. Él no te cuenta nunca ná de ná de su pasado, ni una triste anécdota de infancia, ni tampoco suelta prenda de otras cosas y sólo lo hace cuando no hay más remedio, pero a ti te radiografía como si estuvieses en una sala de rayos X.

7. Recibes notitas y llamadas anónimas bastante acojonantes.

8. Todavía hay más, pero no lo puedo revelar sin que los validadores se me echen encima.

Si después de todo eso aún seguís con las risitas bobas y viendo florecitas y corazoncitos, lo vuestro es esa estupidez transitoria conocida como "encoñamiento" (o enamoramiento en finolis). Y si por fin se os enciende una lucecita y empezáis a advertir que hay algo raro... Enhorabuena. No sois tan gilis como parecíais. Pero a ver ahora cómo resolvéis el entuerto en el que os habéis metido.

Chicas, ahí están todas las señales para que os las podáis pasar olímpicamente por el forro cuando os toque la china.
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow