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Voto de Vivoleyendo:
8
Aventuras. Drama Tras un naufragio en medio del océano Pacífico, el joven hindú Pi, hijo de un guarda de zoo que viajaba de la India a Canadá, se encuentra en un bote salvavidas con un único superviviente, un tigre de bengala con quien labrará una emocionante, increíble e inesperada relación. (FILMAFFINITY)
13 de octubre de 2013
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ang Lee es el director de las mil caras, de los mil reflejos, tan cambiante como los paisajes, las estaciones, las culturas, los pueblos... las personas. Un periplo por sus películas es como un viaje en el que cada destino es radicalmente diferente del anterior. Unos destinos te gustarán más que otros, pero no podrás tacharlo de repetitivo y previsible, porque nunca sabrás dónde te llevará el siguiente recodo del camino.
Sus signos característicos, los que se reconocen hagas el viaje que hagas, son: su espectacular fotografía que a veces incorpora grandes efectos especiales, su brillante capacidad narrativa y fabuladora, y su excelente dirección de actores. Da igual cómo sea la película, da igual quiénes salgan en ella, todos van a dar lo mejor porque con Ang Lee no podía ser menos.
Nuevo cambio total de registro y aquí tenemos un cuento-fábula de tragedia y supervivencia, con visos de ese realismo mágico o lo real maravilloso tan propio de las novelas sudamericanas, donde lo sobrenatural o casi (porque a veces es difícil distinguir) se desliza ante el espectador con la naturalidad del aire y con la facilidad de las narraciones para niños en las que es tan sencillo creer, cuando se tienen pocos años, en hadas, ogros y brujas.
Tenemos una especie de “relato de un náufrago” (con clara referencia, o eso me parece a mí, a la aventura relatada por un marinero al premio Nobel Gabriel García Márquez) que va mucho más allá de su experiencia en el mar. Habla sobre un chico hindú con un nombre ridiculizado por su entorno escolar, así que decide “reconstruirlo” para darle la dignidad perdida; un chico que crece en el zoológico de sus padres, rodeado de animales salvajes; y que busca sin descanso el refugio de Dios, hallándolo en sus múltiples manifestaciones, con lo que se gana las críticas paternas ya que profesa sin distinción las religiones hindú, católica, musulmana, judía, budista... Para él todas son facetas de la misma divinidad, de la comunión con el universo, y le aportan el consuelo que su alma inquieta necesita.
El joven Pi crece en el seno de su amorosa familia (su sensato y escéptico padre, su comprensiva madre, su hermano mayor que a diferencia de él no persigue ninguna paz espiritual), en una infancia y juventud llenas de peculiaridades y descubrimientos, como las de cualquier muchacho o muchacha del mundo que tenga la suerte de saber lo que es el amor, la imaginación, la aventura, los sueños.
Y siempre ligado a su original nombre, que conjuga una romántica piscina pública parisina con el número irracional que conocemos todos los que hemos sido estudiantes de Matemáticas.
Pero la tragedia le estaba aguardando y pone duramente a prueba toda la fe del adolescente, toda su capacidad para agarrarse a la vida y la cordura. El escritor canadiense que escucha su increíble historia para trasladarla a un libro tendrá que decidir con qué quedarse... al igual que el espectador.
Un muchachito hindú de nombre raro, un tigre de Bengala, el océano... Si aún no son ingredientes suficientes para sentir curiosidad, entonces es que los cuentos sobre la vida, o las vidas de cuento, no son lo vuestro.
Aunque, según cómo se cuente, cualquier vida puede ser un cuento.
Vivoleyendo
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