Habiéndose encarrilado ya con la IV (o primera parte, según se mire), "Una nueva esperanza", la parte V (o segunda) va más que rodada, significando la consagración del género y continuando con la pulverización absoluta de todos los récords en lo que al cine de ciencia-ficción se refiere.
Contando con tres años de avance en los efectos especiales y con un equipo de profesionales más que preparado y acostumbrado ya a hacer juegos malabares, se logró esta quinta (o segunda) entrega de la saga, que no queda ensombrecida por la anterior. De nuevo presenciamos escenarios fascinantes, acción a borbotones, montones de seres peculiares, romanticismo, amor, humor, drama, lucha entre el bien y el mal... Y todo ello superando con habilidad el escollo y la dificultad de dar vida a unos mundos y seres tan difíciles de recrear.
Todo el equipo de actores sigue en su línea y nos deleita con sus buenas actuaciones.
El centro de esta entrega es el viaje iniciático de Luke Skywalker, que se prepara para convertirse en un caballero Jedi y consagrar su vida a la defensa del bien. En su arduo viaje, descubrirá detalles sobre su silenciado pasado y adquirirá, bajo la instrucción del viejo maestro Yoda, los conocimientos y habilidades que necesita para ser un Jedi. Y tendrá que enfrentarse a uno de los mayores retos de su existencia: los siniestros fantasmas de su pasado. Mientras tanto, Han Solo y Leia Organa continúan liderando la resistencia contra el Imperio.
Nuevo taquillazo y éxito merecido.