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Voto de Vivoleyendo:
9
Drama Tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), los soldados supervivientes, algunos con taras físicas, regresan a los Estados Unidos. Aunque al principio se les trata como héroes, poco tiempo después comienzan a verse marginados. (FILMAFFINITY)
27 de junio de 2010
22 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Wyler satisfacía aquel íntimo deseo de los cinéfilos que ya se habían deslumbrado en la primera mitad del siglo veinte con las maravillas que el celuloide podía dar. Era el deseo de degustar superproducciones de larga duración en la sala de cine y transportarse a otras vidas, otros problemas, otros sueños y alegrías, vidas, problemas, sueños y alegrías que frecuentemente tenían mucho en común con los de los espectadores de las butacas.
Justo al término de la Segunda Guerra Mundial y coincidiendo con el retorno a casa de miles de veteranos del ejército, la idea de trasladar al cine la novela “Glory For Me” de MacKinley Kantor era idónea.
Porque una vez acabada la guerra, ¿qué era de todos aquellos soldados y oficiales licenciados? ¿Cómo era su readaptación a la rutina normal en la que ya no había que dejarse la piel en combate?
Pues la realidad no era demasiado alentadora. Las recepciones de bienvenida de los héroes eran como abrir una botella de gaseosa. Mucho ruido, burbujeo y estallido eufórico que apenas duraba lo que el tapón de la gaseosa en caer al suelo. No desde luego por parte de sus familias y personas queridas, que aguardaban a sus maridos, hijos, novios, hermanos, padres y amigos con toda la ilusión de saber la suerte que tenían de poder verlos volver. Muchas familias no tenían esa suerte.
A nivel nacional, la aclamación de “héroes” sonaba a falsete. Sólo los que amaban a esos hombres conocían el significado de esa palabra.
Y sonaba a falsete porque tras las palmadas amistosas, el estrechar de manos y los cumplidos, crepitaban algunas suspicacias. “Ahora vuelven todos éstos como una plaga, a robar empleos y vivir del cuento. A conseguir trabajo fácil gracias a sus uniformes y sus condecoraciones.” Casi se podían oír los engranajes recelosos.
Fuese más o menos fundada dicha suspicacia, y dejando ya atrás los horrores y divisiones provocados por la guerra, lo cierto es que Estados Unidos (como otros) atravesó por la etapa de acoger a la generación de veteranos que había visto la muerte de cerca. Muy afortunados eran los que estaban enteros, sanos y salvos. Porque muchos no podían decir lo propio. En cierto sentido, todos tenían mutilaciones, bien físicas, bien psíquicas, o bien ambas.
Y ahora estaban de vuelta y tenían casi tanto miedo como cuando se lanzaban a batallar. ¿Qué iban a encontrar? ¿Estaría todo muy cambiado? ¿Podrían acomodarse de nuevo a sus parientes y amigos tras años de ausencia? ¿En qué trabajarían?
Un ex-sargento de Infantería, un ex-integrante de la Marina y un ex–piloto de las Fuerzas Aéreas se conocen mientras vuelan hacia Boone, su ciudad. Vuelan hacia un destino que los amedrenta casi tanto como los ilusiona.
Y observaremos el desenvolvimiento de los tres ángeles caídos, cada uno con sus heridas y sus temores, cada uno enfrentándose a los problemas que los esperan en casa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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