Porque menudo tráfico de náufragos y demás tiene la isla de los huevos, y eso que supuestamente está perdida en ninguna parte.
A veces me da por preguntarme por qué en tantas películas de hace décadas salían tías tan sumamente idiotas e inútiles que cuando las ves sólo tienes ganas de darles unos buenos mamporros para espabilarlas.
La respuesta que se me ocurre al empeño en sacar a tontitas tipas florero es que en comparación los hombres se ven mucho más machos, inteligentes y hábiles de lo que se verían si ellas tuviesen dos dedos de frente y supiesen hacer la O con un canuto.
Recuerdo por ejemplo a la actriz aquella rubia que salía en "Cuando ruge la marabunta", que parecía que en lugar de haberse ido a vivir a una selva tropical se iba a ir todas las noches de fiesta de gala en una recepción de la familia real británica. Un calor que te mueres y una jungla que no era precisamente Hyde Park, y a la tía no se le ocurre otra cosa más que ir tan impecablemente vestida y maquillada que traspasa el límite de lo ridículo. Anda ya si me creo que a veintiocho grados a la sombra, con una humedad del cien por cien y un paraje totalmente salvaje una puede estar todo el día de punta en blanco y sin que salgan brillos en el cutis ni manchas de sudor en el vestido que desde luego no es muy apropiado para el lugar ni el clima. Yo del marido me hubiera reído en su careto de tía pijorra y le hubiera mostrado las ventajas de vestirse y comportarse como una persona normal. O la hubiera mandado de vuelta. Pero como al lado de la tontaina él es un superhombre, no le interesa casarse con una mujer lista y apañada que disminuya su hombría. Es que si la tipa no se desmaya cincuenta veces al día, no se viste de muñeca y además sabe hacer algo, es como si estuviera capando a su partenaire.
En fin, no me explico lo de esta isla. Pase que los tres fugitivos y los dos rehenes lleguen en globo, pero que poco después aparezcan de la nada dos damas (casualidad que las dos son floreros, algo menos la mayor, la menor es totalmente lela) y que al final resulte que por ahí hay más movimiento que en la M-30 de Madrid, entonces en vez de "isla misteriosa" debería ser la "isla atascada". Tengamos en cuenta que hay por añadidura unos bichos enormes que con tres o cuatro de ellos bastan para que no quepa nadie más. Entre eso y el creciente número de personas que, siempre casualmente, van abarrotando el sitio (ni Bali en su año de mayor confluencia turística tendría tanto llenazo), sería suficiente para que se hunda por el peso añadido de tanto bicho gigante y de tanto visitante.
En la novela las damas no aparecían, y eso me confirma mi teoría de que en el cine estadounidense ñoño de hace cincuenta o sesenta años era fundamental la comparación del fuerte sexo masculino con el débil sexo femenino para que los viriles protas estén apenas un poco por debajo del rango de superhéroes.
Que muy bonito todo eso de los caballeros protectores que salvan a las damiselas en apuros, pero es que esas damiselas dan tanta vergüenza ajena que si los tíos fuesen también un poquito menos caballerosos acabarían por darles una patada por el culo que las mandarían directamente a su casa sin necesidad de construir ningún barco.