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Voto de Vivoleyendo:
8
Drama Don Birnam (Ray Milland) es un escritor fracasado a causa de su adicción al alcohol, adicción que lo ha destruido física y moralmente y lo ha convertido en un hombre desprovisto de voluntad. Con tal de seguir bebiendo es capaz de todo, incluso de robar. Tanto su novia (Jane Wyman) como su hermano intentan por todos los medios regenerarlo, pero sus esfuerzos parecen estériles. (FILMAFFINITY)
6 de julio de 2010
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Mi imaginación estaba colgada de la ventana. Estaba suspendida en el aire a medio metro de altura. Y ahí fuera, en esa gran jaula de asfalto, me pregunto cuántos habrá en mi misma situación. Pobres diablos consumidos por la sed. Para el resto del mundo, cómicos personajes que se tambalean hacia otro trago, otra copa, otra vida.”
Así comenzaría la novela que Don Birnam quería escribir. La que no se materializaba en el papel, pues su autor estaba demasiado embargado por el síndrome del papel en blanco. Metido en un círculo vicioso en el que nunca se tiene claro si es la falta de arrojo, talento y/o constancia, y la incapacidad para quitarse de encima la desidia vital, lo que empuja a buscar alivio para el tormento de sentirse un fracasado. Y ese alivio suele aparecer en una botella, en una copa tras otra de whisky. O quizás sea al revés, que sea la pasión por el whisky, que se desconoce cuándo comenzó, la que amuerme el talento y la voluntad del escritor, del artista en ciernes. Da igual que sea de una manera o de otra. Lo factible es que ese pobre diablo consumido por la sed está todo lo lejos que se pueda estar del sueño americano. Ya ha dado por hecho que ese sueño no es para él, que es un guiñapo prostituido por completo a su vicio. No soporta mirarse a la cara, ni mirar a los demás, y para no ver en qué se ha convertido, se prostituye por otra botella, otra copa, otro trago que lo sumergen en ese olvido al que huyen todos los fracasados. Buscando un fondo que no aparece, arrastrándose por otro tramo más, creyendo encontrar tras el siguiente recodo la liberación, el sueño prometido. Cuando se emborracha hasta perder el sentido, Birnam se cree el escritor que estando sobrio le aterra y se burla de él. Las hojas de su imaginación alucinógena no posan ante sus narices con insultante blancura intacta, sino que se llenan de las palabras, de las frases y los párrafos que él podría ser capaz de escribir.
Pero después hay que despertar de la cogorza, con la cabeza pesada, la resaca y la realidad golpeando más fuerte que la vez anterior. Despertar para volver a ser un escritor que no elabora ni una maldita línea. Todas las frases llegan a los bordes de su pensamiento, de su memoria, y no pasan de ese borde, se esfuman, ahí justo donde el alcohol reclama su saciedad sin fondo, sin fin.
Y ese es ya el único objetivo, tambalearse hacia otro trago, el que siempre será el último, se dice el borracho para engañar la culpabilidad, y acaba siendo el primero de otra serie, y de otra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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