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Voto de Vivoleyendo:
8
Drama El Jaibo es un adolescente que escapa de un correccional y se reúne en el barrio con sus amigos. Unos días después, el Jaibo mata, en presencia de su amigo Pedro, al muchacho que supuestamente tuvo la culpa de que lo enviaran al reformatorio. A partir de entonces, los destinos de Pedro y el Jaibo estarán trágicamente unidos. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2010
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los contenidos surrealistas se limitan al mínimo, algo infrecuente en el estilo de Buñuel, en esta tragedia sórdida sobre los niños criados en las calles de un México duramente vapuleado por el ojo censurador del realizador. México, como podría tratarse de Francia, de Inglaterra, de la India, de Estados Unidos, de Brasil, de cualquier nación, carga con una legión de harapientos tirados en las cunetas adonde van a dar los desechos sociales, los que transitan por debajo de los umbrales de la pobreza. Detrás de la majestuosidad de las avenidas principales, de los distritos venturosos, de las vistas turísticas, hormiguean en el barro los que no tienen un lugar decente al que llamar casa, los que han venido a un valle de sombras dedicado a ellos en exclusiva, para desconocer lo que es la protección, el cariño, la bondad y la paz, y para rebuscar en el lodo como buitres olisqueando carroña y agarrándola con fiera codicia, quitándosela con uñas afiladas a otros más débiles.
Chavales huérfanos que han entrado, salido y escapado de correccionales desde que apenas levantaban unos palmos del suelo, chavales con padres borrachos, o con madres descastadas, o que han sido arteramente abandonados como esos perros que sus dueños largan sin piedad para perderlos de vista y no tener que seguir manteniéndolos. El drama de los hijos de la calle es la gran vergüenza pública, la culpa de la sociedad entera, demasiado deprimentes para mirarlos cara a cara, para querer mirarlos siquiera, mientras la mayoría hacemos como que no están ahí. Es más cómodo rechazar lo intolerable. No es difícil imaginar el escándalo y el malestar que esta cinta provocó en el público más remilgado y más aterrado acerca de la verdad que se resistía a admitir.
Pero no podían tapar lo ineludible.
En la línea de un realismo brutal aderezado con los toques personales de Buñuel, el desolado pesimismo de uno de los grandes directores españoles empaña de malos augurios, de escepticismo hacia la especie humana, y anticipa el desastre.
El infierno está aquí, parecía querer decir.
Y lo hemos creado nosotros.
Vivoleyendo
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