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Voto de Vivoleyendo:
9
Drama. Romance Jing es una colegiala ingenua de la ciudad que debe trasladarse a un remoto pueblo en las montañas para su “reeducación” durante la Revolución Cultural. Su padre ha sido encarcelado por “derechista” y su madre lucha para alimentar a sus tres hijos. Jing sabe que tanto su futuro como el bienestar de su familia dependen de su buen comportamiento en opinión de las autoridades. Pero su prudente y tranquila existencia se ve trastocada cuando ... [+]
26 de enero de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vuelve el Yimou de "El camino a casa". Se desprende por completo del toque sutilmente sobrenatural con sabor a antiguo y exótico relato oriental, de las hipnóticas e ingrávidas coreografías de artes marciales y de los escenarios de grandiosos decorados de palacios y templos ancestrales.
Regresa a la gente sencilla de la China comunista del siglo veinte, atada a las circunstancias que les han tocado. A través de una inocente estudiante enviada al campo para ser reeducada "en los principios de la humildad y del trabajo", y de un muchacho que reinterpreta los dogmas de Mao en su propia y romántica vivencia del amor, Yimou critica la Revolución Cultural de los setenta, la carencia de libertad de elección y de pensamiento, el lavado de cerebro colectivo, la manía de querer crear personas en serie, como si por el hecho de educar (o adoctrinar) en la ignorancia, llevar los mismos uniformes monótonos, trabajar a destajo y recitar a todas horas como papagayos las consignas del Partido la población fuera a convertirse por fuerza en muñecos repetidos sin identidad ni individualidad, sin ideas ni opiniones, tan sólo por supuesto las que el Gran Líder tuviera a bien dictar.
Y todo ese ataque al represivo sistema bajo el que había tanto miedo a dar un mal paso, a que te consideraran subversivo por la más mínima tontería, te encarcelaran y te ficharan para el resto de tus días, como si llevaras tatuada en la frente la palabra "traidor" para que todos la vieran y se previnieran contra tu pésima influencia, esa protesta la realiza Yimou mediante otro de sus maravillosos dramas románticos, protagonizado por dos jóvenes tan enamorados, tan ingenuos, tan lindos, tan semejantes a todos los que se aman con entrega desinteresada, que uno advierte que no hay revolución mayor en este mundo que el amor que crece a pesar de las circunstancias, sin importarle el Partido, ni el miedo, ni las privaciones, ni los obstáculos. Que se alimenta en su propia hoguera, del oxígeno que los amantes se insuflan uno al otro.
A su manera, Jing y Sun, como otros tantos enamorados, se saltan inútiles normas y restricciones en su particular rebelión, paseando juntos, hablando, riéndose, compartiendo horas prohibidas y soñando con la leyenda del árbol de espino blanco que los unió, cuyas flores dicen que brotan rojas por la sangre de soldados caídos.
Vivoleyendo
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