...y no creo que eso sea indicio de que la película me tuviese precisamente absorbida.
Jarmusch parece que cogió un guión de andar por casa (no creo que le saliera humo) y filmó una cinta con apariencia más bien casera. Como si le hubiera dicho al cámara y a los actores: vosotros haced lo mismo que soléis hacer todos los días. Dormid, fumad, estad sentados durante horas mirando a las musarañas, poned cara de aburrimiento, hablad lo menos posible. Ah, bueno, sólo de vez en cuando bromeáis un poco, os reís pero sin pasarse, no se os vayan a descomponer esas caritas de palo que tenéis casi todo el tiempo. Ved cualquier cosa en la tele. Tú, guapa, pásate todo el tiempo escuchando los berridos de "Screamin'" Jay Hawkins y procura darles un poco de caña a esos dos pasmarotes, no mucha, porque si no el karma de mi creación se rompe con el exceso de vibraciones negativas. Manteneos con "esto y aquello", a base de dudosos trapicheos y golpes de suerte para ganar alguna pasta que os permita ir tirando hasta el siguiente trapicheo o golpe de suerte. Coged prestado el coche de un cuñado y largaos de Nueva York y Ohio, tan grises y fríos, para ir con viento fresco a la soñada Florida, el encantador y cálido estado de las palmeras, Miami Beach, Disneyland, Sea World, Julio Iglesias, Cabo Cañaveral, etc., etc. Como en otras pelis Florida siempre sale tan soleada, relumbrante y exótica, yo le voy a echar encima la pátina grisácea que lo cubre todo en mi particular visión de las cosas. En lugar de mostrar a miles de turistas guiris con horribles camisas hawaianas, bermudas pijas, cámara colgada al pescuezo, sandalias con calcetines y gafas de sol, voy a sacar otra perspectiva más triste de uno de los estados más turísticos del mundo, tocado por el invierno.
Todo eso me podría parecer muy bien. La lentitud del desarrollo, los planos fijos y parsimoniosos, el paso de una escena a otra como si fuesen cortes de un vídeo casero, los silencios, la frialdad tanto térmica como emocional del ambiente... Pero no consigo traspasar el muro. La película se aleja de mí, o me alejo yo de ella, no lo sé. No logra rebasar la frontera de lo que para mí llega a la categoría de películas que se graban a fuego en la memoria y en el alma. No me ha dejado apenas trazo.
Hoy me dormiré sin que persista demasiado en mis recuerdos del día, como no sea que la evoque para que me induzca al sueño. Antes prefiero pensar en otras cosas de ésas que a una le gusta pensar antes de dormirse... Y ya que he cumplido con el trámite de esta crítica, volveré a mi libro, porque ya lo he postergado demasiado tiempo...