Por lo general cuando comienzo alguna crítica, la termino. Y tengo claro qué decir, de qué hablar, por lo menos hasta cierto punto. Luego paso todo en limpio o a veces escribo directamente en la página de FA.

Por lo general, cuando veo alguna película, sé de qué se trata, y a la mitad de verla sé de qué quiero hablar, sé qué cosas resaltar, y sé si quiero volver a verla o con qué compararla.

Esto mismo haré. Compararé a esta película con algo, y esa comparación será la esencia de mi crítica. La compararé con un 'jarrón'. Sí, con un jarrón chino de la dinastía Ming, con cajones secetos. El jarrón es de porcelana, por lo cual los cajones también tendrían que ser de porcelana. ¿O me equivoco?

No estoy seguro. Ahora bien, una señorita bastante dulce y despistada, abre cada cajón, cada veinte minutos. Esta señorita es Audrey Hepburn. Y cuando abre un cajón, aparece Cary Grant, el mismo Cary Grant, contándole tantas versiones distintas de la misma historia como cajones hay en el jarrón.

Bueno, la película termina con Audrey metida dentro del jarrón. ¿Esto aclara un poco las cosas?