Es una cinta con una historia deplorable, hasta límites donde el ridículo se apodera del tenor del filme para derivar indirectamente en una especie de comedia por sus absurdos narrativos.
Basada en un cómic, “The shadow” pretende ser un filme de fantasía competente, pero no lo logra ni por asomo porque su trama es inconexa, pueril y decididamente descuidada en sus alternativas. No entusiasma nunca en su atmósfera porque tanto sus personajes como las circunstancias del guión asustan en primer lugar de lo ineficaces que resultan y terminan causando gracia en forma no intencionada.
Alec Baldwin no encaja nunca en el personaje, irrisoria actuación del carilindo que no trasmite ni un ápice de convicción. John Lone como villano es para la risa de grotesco, ver a un mongol descendiente de Genghis Kan caminando por la ciudad de Nueva York hipnotizando a cuanto ser se le cruce es chocarrero también. Lo mismo va para Ian McKellen en una interpretación para el olvido, y la femme fatale de la película (la californiana Penelope Ann Miller) apenas convence desde una insustancial faceta seductora.
Un punto a favor, quizás el único, sea la ambientación y el aspecto estético-visual. Los escenarios son idóneos para que la fantasía fluya, pero se encuentra con la infranqueable barrera de que no existe argumento propicio y por ende ese aspecto técnico se difumina sin dejar secuelas positivas.