Una cinta de ficción, en formato miniserie de 3 horas, que escarba de fondo –y en forma muy tangencial e indirecta- en una crítica hacia la depredación de recursos naturales que bien podrían ser considerados esenciales para la subsistencia en el futuro.
Una cinta sumamente dinámica, que no tiene casi puntos muertos para el aburrimiento a pesar de su extenso metraje. Las situaciones que dan vida a la historia persiguen en todo momento dos ejes fundamentales: la investigación científica sobre una infección masiva por agentes biológicos y una conspiración militar con solapados intereses que transcurre paralelamente.
Es un filme que deja abierta su interpretación a conjeturas sobre: amenazas alienígenas al futuro de la humanidad, posible ataque biológico terrorista y agujero de gusanos que conectan espacio-tiempo de distintas épocas. Todo ello desplegado con bastante sobriedad por lo cual el telefilme se torna una alternativa bastante potable para dar vida a la ficción dura, con mucha carga dramática, pasable despliegue infográfico en los efectos especiales y situaciones sumamente dinámicas desde la acción. El resultado es un interesante ejercicio de ficción, que no defrauda en ningún momento y que nos deja siempre abierta la posibilidad a seguir teorizando sobre los conflictos que aparecen en un argumento bien elaborado desde su base científico-conspirativa.