Estamos en presencia de una cinta de terror con corte absolutamente comercial, con un acabado estético atrayente, que goza de buenos efectos especiales y que además posee un sólido trabajo en el protagónico de Kiefer Sutherland.
Aclarado lo anterior, y dejando de lado la posibilidad de que esta cinta tenga algo de riesgo o experimente en aspectos no tratados desde los principios del género, entonces debo comentar que el filme ha despertado en mí sentimientos ambiguos:
+ Porque mantiene bien la intriga durante gran parte del metraje, se preserva dentro de la sobriedad narrativa acorde a lo que las cintas de horror con temática sobrenatural exigen y hay un interesante in-crescendo emocional ya que las variantes del filme van absorbiendo por su espectro sombrío y tenebroso.
+ Pero el problema surge a la hora de las definiciones, allí la cinta se torna absolutamente improvisada en su resolución donde los clichés más inefectivos surgen para desmadrar el aplomo en el relato y dar por resultado una película desperdiciada y desaprovechada en su potencialidad.
Una pena porque si este filme era rematado de mejor manera hubiera tenido posibilidades de ser una cinta que trascienda el mero aprobado, porque tenía atmósfera inquietante para ello, porque había un buen presupuesto que posibilitó ornamentarla satisfactoriamente desde su impronta estética, porque el espectro sobrenatural fantasmagórico es llamativo e incitante y porque todo el minucioso trabajo investigativo que persigue la cinta para esclarecer el misterio engancha desde la intensidad al espectador.
Una pena que Aja no haya tenido la capacidad de alejarse de los tópicos del género que derivan en fáciles sobresaltos. Una pena que no se haya superado y haya sido más ambicioso que dar por resultado un producto que en la mayor parte del relato es solamente efectivo pero malogrado en su desenlace.