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España España · Barcelona
Voto de Víctor:
8
Drama En 2010, las mujeres que integran una colonia religiosa tratan de reconciliarse con la fe tras haber sufrido una serie de agresiones sexuales. (FILMAFFINITY)
19 de febrero de 2023
31 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película basada en la novela de Miriam Toews que muestra las heridas y dudas de un grupo de mujeres menonitas que son presas de temores divinos y humanos. Los hombres de su arcaica colonia religiosa llevan años colándose en sus habitaciones para agredirlas sexualmente y, posteriormente, echarle las culpas a Satán, a los castigos divinos o a las mentes fantasiosas de las propias víctimas. Ellas, pertenecientes a todas las franjas de edad y miembros de las familias Friesen y Loewen, se reúnen en el granero de la comunidad para urdir su plan mientras ponen sus creencias y costumbres en entredicho en esta especie de lucha contra la violencia patriarcal. Del planteamiento de esta conversación revolucionaria a contrarreloj nacen pocas opciones. En sus asambleas clandestinas, se plantean si deben quedarse y perdonar a estos desalmados para ganar el cielo, si tomarse la justicia por su mano y responder de manera violenta o si, por el contrario, abandonar ese lugar para siempre.

Sarah Polley dirige esta obra de protesta reivindicativa y feminista con austeridad en la ambientación y en la estética, pero con una voz firme y pasional que nos invita a reflexionar sobre la violencia patriarcal y otras realidades fácilmente reconocibles. Todo lo expuesto durante el metraje forma parte de la conciencia colectiva actual, lo que justifica el marcado simbolismo político de la película, hasta el punto de que ciertas situaciones mostradas en la película entristecen y sobrecogen al espectador por ser éste capaz de reconocer la violencia contra las mujeres en las situaciones cotidianas de la vida real. El metraje abarca el descubrimiento de la democracia, discusiones sobre familia y tradición, sobre la fe, el perdón y el arrepentimiento y carcajadas redentoras y catárticas bajo el yugo masculino sobre mujeres a las que creen dóciles y serviles como trasfondo. Todo ello puede resultar necesario si tenemos en cuenta el contexto político que vivimos hoy en día. A pesar de la temática triste, se ha de subrayar que el mensaje final tiene un cariz ilusionante y esperanzador respecto al futuro de la lucha de las mujeres.

En mi opinión, lo mejor de la película son las excelentes interpretaciones del reparto femenino, con mención especial a Jessie Buckley como Mariche Loewen. Probablemente, su personaje es el más complejo de entender pero tiene una fuerza que asombra. Claire Foy y Rooney Mara ofrecen también interpretaciones muy destacables. Desde mi punto de vista, el guión es ingeniosamente mordaz y machacón pero no cae en la redundancia o en la teatralidad. También me gustaría añadir que coincido con muchas de las opiniones escritas en las redes respecto a los colores apagados. Quizás este tono tenue ha podido restarle cierta solidez a la obra, pero igualmente se observa una fotografía muy medida y mucha precisión en la iluminación de caras, el brillo en los ojos o el resalte de contornos. En definitiva, recomendaría esta película a cualquiera que quiera pasar un rato entretenido y empaparse de un mensaje político más candente que nunca.
Víctor
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