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Voto de Imagomundisblog:
6
Western. Musical. Comedia Un granjero de Michigan y un buscador de oro se asocian en plena fiebre de este metal en California. Sus aventuras incluirán el comprar y compartir una esposa, apoderarse de un teatro, secuestrar a seis prostitutas y convertir su campamento minero en una auténtica ciudad. (FILMAFFINITY)
28 de febrero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película genera una legión de fans por una parte y de dettractores por otra.Entiendo a ambos. Simplenete por la rareza que constituye, la mezcla de western crepuscular, musical y cierta comedia dan un aliño un atanto peculiar que para algunos será genial y para otros no tendrá ninguna gracia. Es 1969, Joshua Logan hace su última película, a mí ete director no me convence mucho y la anterior Camelot, para mí e sun poco decepcionante la recreción artúrica. La ambientación de la mina es particularmente perfecta, antidealizada, en un contexto agreste, aparce el viento, la lluvia y el barro. Estamos en California, es un western de mineros, último reducto adónde no ha llegado la civilizada ley del este y donde los mineros en plena fiebre del oro conviven más de 400 hombres. Una ciudad entera de hombres alardea de todos los vicios posibles de ahí lo de la ciudad innombrable, pero faltan mujeres. La tensión llega cuando un mormón y sus dos jóvenes esposas aparecen. Algo parecido a "El árbol del aahorcado". Los dos protagonistas son dos socios, Ben Ramson (Lee Marvin) y socio (Clint Eastwood) terminan conviviendo con Jean Seberg en un triángulo amoroso nada convencional. El resto se soluciona raptando a unas prostitutas que van en una diligencia. Lo demás chascarrillos, un predicador apocalíptico que anuncia el fin de la ciudad a causa de su corrupción. Estamos en plena era de la liberación sexual americana y la contracultura avanzaba con paso firme en aquella época. Un film que bebe un poco de este liberalismo sexual es "Los vividores",de Robert Altman (1971) otro western crepuscular sobre un prostíbulo que gerenta Julie Christie y Warren Beaty, y adonde no falta ni barro ni lluvia ni tristeza.
Aquí barro o desencanto aparte se busca la sonrisa, los equívocos de la comedia clásica y vicisitudes entre los amigos por el rostro claro, dulce y sin arrugas de la Seberg. Más allá de todo está la amistad de los socios. Estrellas errantes que se han asentado en la ciudad sin nombre, rendidos ante la belleza de la mujer. Uno de los dos ha de salir otro quedarse. Tampoco cabe ser muy listo. ¿Obra maestra? ¿Imprescindible? No lo sé, hay que verla, y pienso que todos tienen buenas razones para alabarla como denostarla.
Imagomundisblog
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