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Voto de travis braddock:
8
Comedia. Drama En Roma, durante el verano, nobles decadentes, arribistas, políticos, criminales de altos vuelos, periodistas, actores, prelados, artistas e intelectuales tejen una trama de relaciones inconsistentes que se desarrollan en fastuosos palacios y villas. El centro de todas las reuniones es Jep Gambardella (Toni Servillo), un escritor de 65 años que escribió un solo libro y practica el periodismo. Dominado por la indolencia y el hastío, ... [+]
28 de diciembre de 2013
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo una época, a finales de la Segunda Guerra Mundial, en la que surgieron en Italia una serie de directores que pusieron a ese país en la cima del séptimo arte, unos directores que ya son clásicos (Fellini, Visconti, Rossellini, Vittorio de Sica, Monicelli y un poco más tarde Bertolucci, Leone, Scola y Pasolini) y que forman parte de la memoria de cualquier cinéfilo, nombres que les son conocidos a cualquiera que haya leído un poco de cine. Cada uno con su particular modo de ver las cosas dejaron impronta de la Italia de su tiempo y también introdujeron nuevos códigos y nuevos lenguajes, a medio camino entre el cine clásico y el moderno. En los últimos tiempos esa pujanza ha ido desapareciendo y el cine italiano de hoy día es en su mayoría comedias de poco fuste y cine que no pasará a la historia, aunque con algunas excepciones interesantes. Paolo Sorrentino es una de esas felices excepciones, autor de películas que critican el sistema político de su país en "El divo", que ya ha hecho sus pinitos en Estados Unidos con "Un lugar donde quedarse" y que ahora hace una especie de homenaje a esos clásicos que acabo de comentar en "La gran belleza", especialmente a Fellini y "La dolce vita".

A través de la figura de un veterano periodista, que podría ser el Mastroianni de "La dolce vita", con algunos años y algunas decepciones más a la espalda, Sorrentino hace un fresco sobre la alta sociedad de Roma y su vida tan despreocupada como vacía. Un mundo en el que nadie le importa a nadie y cada uno va en busca de su disfrute personal, a la caza del siguiente juguete con el que entretenerse un rato antes de pasar a otro. Un mundo del que ha sido participante Jep Gambardella, aunque la muerte de un amor de juventud le hace replantearse qué es lo que ha hecho con su vida y por ello no podrá evitar la melancolía de pensar en lo diferentes que podrían haber sido las cosas. O quizá no, porque Gambardella es uno de esos personajes vacíos y hedonistas que solo usa a la gente como distracción, sin comprometerse con ellos.

Como homenaje a Fellini tampoco faltan situaciones surrealistas y cómicas, momentos que juegan con la realidad y el recuerdo y la presencia de Roma, con varias de sus calles y monumentos, que da vida a un contraste entre la civilización que fue y la que ahora es, ejemplificado a la perfección en la estupenda secuencia de inicio de película, con esa mezcla de lo sublime y lo más petardo que caracteriza al metraje.

De este modo, Sorrentino nos ofrece una película brillante, una de esas cintas que no están hechas para su consumo rápido en multisalas, que necesitan que el espectador se deje llevar y se deje impregnar por su atmósfera, por su particular tono entre burlón y melancólico, al estilo de la forma de ser de su protagonista.
travis braddock
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