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Voto de travis braddock:
7
Ciencia ficción. Thriller. Drama Caleb, un joven empleado en una importante empresa de tecnología, gana un peculiar premio: pasar una semana con el dueño de la misma en un lugar remoto en las montañas para evaluar si Ava, un robot-mujer con inteligencia artificial, tiene conciencia. (FILMAFFINITY)
18 de marzo de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película no es la primera que establece algunas cuestiones sobre esa estimulante y/o inquietante correspondencia entre hombres y máquinas, pero no por ello deja de tener un indudable interés, porque, como toda buena cinta de ciencia ficción que se precie, deja en el aire no pocas reflexiones sobre lo que somos y lo que de nosotros se traslada al universo virtual. No faltan en ‘Ex Machina’ las metáforas religiosas, con esa casa donde se desarrolla la acción emplazada en un lugar en medio de la nada, lleno de vegetación, un Jardín del Edén donde se alumbra a esa mujer robot llamada Ava (cuya pronunciación en inglés es muy similar a Eva), creada como la primera inteligencia artificial capaz de desarrollar emociones humanas. Ava muestra su estructura robótica en todo momento, dejando al descubierto que es un montón de cables y engranajes y sin embargo en su forma de interactuar con Caleb descubrimos que tiene una gran capacidad de empatía, de conexión de con otra sensibilidad. Todo esto no le pasará desapercibido a un Caleb que empezará a desarrollar ciertos sentimientos hacia esa máquina que parece tan humana.

Ava muestra una mayor humanidad que su inventor, un hombre tan inteligente como frío, que vive aislado del mundo en una casa dotada de las últimas tecnologías y que juega a ser Dios, probando los efectos de una inteligencia artificial con capacidad de generar más emociones de las que él mismo llega a mostrar hacia lo que le rodea. Y en medio de esos dos seres se encuentra Caleb, que llegará como sorprendido testigo y acabará siendo conejillo de Indias de la relación entre creador y criatura. La película ofrece, en ese sentido, unas interesantes reflexiones sobre el papel de los hombres y las mujeres en el mundo, su forma de relacionarse y la forma de cada uno, ya sea por convicción o por necesidad, de lograr los objetivos que se propone. Y es que Ava no tardará en lo que debe hacer para mejorar su situación al darse cuenta de que le ha tocado vivir en un mundo dominado por la especie masculina.

Garland construye una película de ambiente minimalista, desarrollada en casi su totalidad en la casa del inventor, donde renuncia a la pirotecnia fácil de mostrar a varios ingenios robóticos y apuesta más por el estilo teatral, con pocos personajes en un mismo espacio. No obstante, eso no quita para una magnífica puesta en escena, con esa mansión tan tecnificada como aséptica y unos espléndidos efectos visuales que dan vida a Ava en el cuerpo de la actriz sueca Alicia Vikander, que ha mostrado su saber hacer en películas como ‘Un asunto real’ y a la que merece seguirse la pista. Igualmente destacan Oscar Isaac como ese creador de aspecto “hipster” con ínfulas de grandeza y Domhnall Gleeson como el atribulado enlace entre humanos y máquinas. Una buena muestra de esa ciencia ficción que pone mayor énfasis en las ideas que en la acción.
travis braddock
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