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España España · Valladolid
Voto de Teresa:
9
Intriga. Thriller. Drama Tom Welles es un detective privado que se mantiene dignamente ocupándose de resolver casos sencillos e irrelevantes. Pero, de repente, su vida cambia radicalmente cuando, durante la investigación de un caso en el que ha sido contratado por una rica viuda, queda atrapado dentro de un sórdido mundo de espeluznantes 'snuff-movies', películas en las que se filman torturas y asesinatos reales. (FILMAFFINITY)
13 de junio de 2022
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1996 el mundo se estremecía con Tesis, de Alejandro Amenábar, cinta dedicada con mucho amor al mundo del cine y sobre todo, al cine violento y más específicamente, a las películas Snuff. La violencia en el cine era la famosa tesis que estaba escribiendo una jovencísima Ana Torrent en uno de los papeles más impresionantes de su carrera, acompañada por un Eduardo Noriega que logró darnos miedo en pantalla. Nunca (yo, en particular), había tenido el placer de ver algo tan gore, violento, angustioso y a la vez tan elegantemente grabado. Sin enseñar escenas que te hiciesen vomitar. Sí, escuchábamos muchos gritos y sobre todo podíamos sentir el miedo de sus protagonistas. En un tiempo en el que los vídeos daban sus últimos coletazos (para desgracia de muchos), Tesis fue una auténtica obra maestra, obra de culto, que nos espeluznó y nos hizo disfrutar y amar el cine, a partes iguales.

Dos años después, otro gran director, intentó algo del estilo. Joel Schumacher (Jóvenes Ocultos), con un guion de Kevin Walker y escogiendo a un potentísimo protagonista como Nicolas Cage, un portento, por aquellos años, vuelve a elegir el tema del cine Snuff como telón de fondo de un gran thriller. Os diré que el gran Schumacher, es en general, para mi gusto, mucho mejor director que Amenábar, pero en este caso, no logró lo que nuestro español. Sí que consigue crear tensión, si nos hace sentir rabia, pena, pero también enseña demasiado. Nos sumerge en el mundo del porno duro, del más asqueroso (porque incluye a pedófilos o asesinos).

En este caso, Cage, un investigador privado, recibe una llamada de una mujer muy rica que acaba de enviudar y que entre las cosas de su marido, en una caja fuerte, ha encontrado, no solo lo esperable, como dinero, sino una cinta de 8mm en la que parece que una chica es violada y asesinada. Desde ese momento Cage es contratado para investigar el caso, descubrir si la chica sigue con vida y bajar a los infiernos del porno duro, del gore y de las mayores perversiones en las que se puede ver envuelto algo parecido a un ser humano.
Schumacher es mucho más explícito que Amenábar y a la vez no nos causa la misma angustia. Vemos más de cerca a los malos, a las víctimas, los lugares donde todo se lleva a término, pero no acaba de darnos el mismo asco, el mismo miedo. No nos crea la misma tensión. A pesar de esto, es de los mejores thrillers del final de una era, la de las buenas películas. Esas que no son forzadas, que tienen guiones sólidos y que no recurren a mil efectos especiales para cualquier cosa. También se ha convertido en un clásico, en una obra de culto, dentro del mundo de las películas Snuff. No sentimos el mismo dolor y aún así, yo al menos, no he visto ninguna más parecida a estar dos que me merezca la pena. Que no tire de demasiadas escenas fuertes, que se ponga sumamente desagradable y que estás deseando que termine.

Asesinato en 8mm es de lo poco que queda del cine que es cine en toda su pureza. Que entretiene al espectador, que sabe guiar por el buen camino a sus actores y con el que disfrutas de dos buenas horas.

No, no es Tesis, pero es que nadie va a hacer una Tesis (esta, es sin duda, aparte de una opinión subjetiva mía, el mejor filme que grabaron Amenábar, Ana Torrent y Noriega). Cage no está a la altura, en ese caso, de estos titanes –temporales-, pero lo intenta y saca casi todas sus mejores cualidades.

Un joven Joaquin Phoenix será el que guiará a Cage por el camino del infierno, en uno de sus roles menos sosos.

A partir del 2000, el cine, empezaría poco a poco a envenenarse a sí mismo, dejando de lado las buenas actuaciones, los efectos más artesanales, los guiones currados, porque sin un guion decente no había nadie que salvase una mala cinta.

Schumacher no lo logró del todo, pero queda en mi memoria hasta su filmografía más vergonzosa (como sus versiones coloridas de Batman). Un gran director que hizo mucho por y para sus fans. Esto va para él. Gran pérdida.
Teresa
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