FA
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Voto de Teresa:
8
2022
Shonda Rhimes (Creadora), David Frankel ...
5,8
2.808
Serie de TV. Drama
9 episodios. Una periodista investiga el caso de Anna Delvey, la legendaria heredera y estrella de Instagram que le robó el corazón y el dinero a la élite social de Nueva York.
18 de febrero de 2022
10 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mí me ha pasado un poco como a la periodista Jessica Pressler quien escribió el artículo para el New York Magacine titulado «Cómo engañó Anna Delvey a la alta sociedad neoryorquina» y es que según avanzaba la trama me acercaba un poco más a Anna, interpretada por una fascinante Julia Garner (Ozark), que realiza un papel espléndido. Anna Chlumsky (Mi Chica, 1991) será Jessica aunque en la ficción se llama Vivian. La que también quedó prendada de esta historia es Shonda Rhimes, a la que todos conocemos, mínimo, por Anatomía de Grey. Rhimes hace un gran trabajo, como casi siempre, y aunque los episodios a veces resultan pesados por su duración, al final da lo mismo porque la quieres terminar y saber qué pasó realmente. Y por cierto, que hay más de verdad que de ficción en todo esto, aunque más alucinante es lo que ocurre con Anna más adelante, fuera de la serie de Netflix. Para acercarse a cómo es Anna, Julia Garner se vio con ella en la cárcel.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Anna se mudó con 16 años a Alemania. Su familia es de clase obrera. Quería estudiar moda, pero terminó siendo becaria en una revista de París. Viajó a la Semana de la Moda de Nueva York en 2013 y fue en ese momento en el que decidió que ese era su lugar. Para ello se inventa una nueva identidad. Cambia su apellido ruso, Sorokin, por Delvey, viste marcas caras y según dice ella misma, coge lo que quiere porque se lo dan. Cuenta en una entrevista que ella nunca fue amable, que nunca intentó convencer a nadie de nada. Simplemente pidió lo que quería y se lo dieron. Se convirtió en toda una influencer, iba a fiestas, viajaba, daba propinas de 100 dólares en algunos hoteles, pero también dejaba deudas de miles de dólares en muchos lugares. Desde el primer momento Anna se sintió como en casa en Nueva York, codeándose con muchas personas influyentes, como el actor Macaulay Culkin, el empresario Roo Roogers o la coleccionista Aby Rosen. Es innegable que tenía don de gentes. Su padre, en realidad era camionero, pero también dirigía un negocio de calefacción en Alemania; Anna dirá que es una heredera rica y que su padre le va dando dinero al mes de su fondo fiduciario que se encuentra en Alemania y todos se lo creen, porque Anna era convincente. Incluso llega a decir que va a disponer de un edificio completo para la fundación que quiere crear para todos los artistas, el 281 de Park Avenues, de Gabriel Calatrava (hijo de Santiago Calatrava).
Anna es la Tom Ripley del momento, pagando como el famoso estafador de las novelas de Hishsmith, utilizando cheques falsos, dinero en metálico y no dejando rastro de nada, pues no tenía ni una tarjeta de crédito a su nombre.
No estoy de acuerdo con el hecho de estafar (sobre todo a tus supuestos amigos), pero si todo esto lo hubiera hecho un hombre probablemente sólo hubiera recibido un tirón de orejas, una multa, unos meses de prisión y fuera. Pero les timó no sólo una mujer, sino una cría. Da que pensar que los banqueros y la gente con poder se lo tienen tan creído que hace hasta gracia que muchos fuesen estafados de esa manera.
Finalmente Delvey fue a juicio por varios cargos (robo y estafa). Ha estado cuatro años en prisión, pero ahora está libre. Se va a embolsar una buena cantidad por los derechos de la serie de Netflix, 320 mil dólares, para ser exactos (aunque no se puede quedar con todo, como es obvio), pero también está escribiendo un libro y vive en un apartamento de lujo. En realidad a Delvey no le ha salido mal lo que hizo. En el New York Times dejó claro que mentiría si dijese que se arrepiente de algo.
Con el comentario sobre que si hubiese sido hombre otro gallo cantaría, me refiero a personajes como el estafador de Tinder (por poner un ejemplo de ahora), que podéis ver en esta plataforma.
En resumen, la serie mola, a veces nos agota el acento raro de Anna (que tiene en la vida real), pero engancha. No le pongo el 10 porque los capítulos podían haber sido de menor duración y contar lo mismo. Cansa Anna pidiendo o siendo altiva durante tanto rato. Por lo demás todos están muy bien caracterizados (los que conviven con ella de forma habitual). No querría estar cerca de esta joven, pero en cierto sentido es admirable.
Anna es la Tom Ripley del momento, pagando como el famoso estafador de las novelas de Hishsmith, utilizando cheques falsos, dinero en metálico y no dejando rastro de nada, pues no tenía ni una tarjeta de crédito a su nombre.
No estoy de acuerdo con el hecho de estafar (sobre todo a tus supuestos amigos), pero si todo esto lo hubiera hecho un hombre probablemente sólo hubiera recibido un tirón de orejas, una multa, unos meses de prisión y fuera. Pero les timó no sólo una mujer, sino una cría. Da que pensar que los banqueros y la gente con poder se lo tienen tan creído que hace hasta gracia que muchos fuesen estafados de esa manera.
Finalmente Delvey fue a juicio por varios cargos (robo y estafa). Ha estado cuatro años en prisión, pero ahora está libre. Se va a embolsar una buena cantidad por los derechos de la serie de Netflix, 320 mil dólares, para ser exactos (aunque no se puede quedar con todo, como es obvio), pero también está escribiendo un libro y vive en un apartamento de lujo. En realidad a Delvey no le ha salido mal lo que hizo. En el New York Times dejó claro que mentiría si dijese que se arrepiente de algo.
Con el comentario sobre que si hubiese sido hombre otro gallo cantaría, me refiero a personajes como el estafador de Tinder (por poner un ejemplo de ahora), que podéis ver en esta plataforma.
En resumen, la serie mola, a veces nos agota el acento raro de Anna (que tiene en la vida real), pero engancha. No le pongo el 10 porque los capítulos podían haber sido de menor duración y contar lo mismo. Cansa Anna pidiendo o siendo altiva durante tanto rato. Por lo demás todos están muy bien caracterizados (los que conviven con ella de forma habitual). No querría estar cerca de esta joven, pero en cierto sentido es admirable.