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Voto de El Libanés:
9
7,9
36.289
Drama
Adaptación de una novela del escritor inglés William Tackeray. Barry Lyndon, un joven irlandés ambicioso y sin escrúpulos, se ve obligado a emigrar a causa de un duelo. Lleva a partir de entonces una vida errante y llena de aventuras. Sin embargo, su sueño es alcanzar una elevada posición social. Y lo hace realidad al contraer un provechoso matrimonio, gracias al cual entra a formar parte de la nobleza inglesa del siglo XVIII. (FILMAFFINITY) [+]
12 de mayo de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stanley Kubrick afirmaba que no sabía escribir historias. Por eso, era tan escrupuloso cuando adaptaba trabajos de otras personas. Eso sí, no había nadie como él para llevarlo a la gran pantalla. En "Barry Lindon" su celo alcanzó casi la perfección, además de contar con la colaboración de Alcott, quien regaló una fotografía exquisita para que el visionado de este film sea una verdadera experiencia sensorial.
Un film excelente para comprender la mentalidad de los duelos, el ascenso social como el motor, la guerra que se daba en la Edad Moderna, etc. Su metraje puede parecer excesivo a simple vista, si bien todo se justifica para contar con detalla toda la epopeya vital de un protagonista complejo y con el que cuesta poco empatizar, aunque también odiar.
Ryan O´Neal está excelente como Barry Lindon, un joven lanzado a la vida y que se adentrará en el mundo de las rentas, el juego, los matrimonios de conveniencia y el pecado fatal de poder querer, al fin, querer a alguien más que a él mismo.
Muchas veces, Kubrick ha sido señalado como un director frío, un artista clarividente que se aleja de sus personajes en las emociones que manifiestan. Algo de razón puede haber en ese punto, pero aquí hay varias escenas que muestran justo lo contrario.
Un film excelente para comprender la mentalidad de los duelos, el ascenso social como el motor, la guerra que se daba en la Edad Moderna, etc. Su metraje puede parecer excesivo a simple vista, si bien todo se justifica para contar con detalla toda la epopeya vital de un protagonista complejo y con el que cuesta poco empatizar, aunque también odiar.
Ryan O´Neal está excelente como Barry Lindon, un joven lanzado a la vida y que se adentrará en el mundo de las rentas, el juego, los matrimonios de conveniencia y el pecado fatal de poder querer, al fin, querer a alguien más que a él mismo.
Muchas veces, Kubrick ha sido señalado como un director frío, un artista clarividente que se aleja de sus personajes en las emociones que manifiestan. Algo de razón puede haber en ese punto, pero aquí hay varias escenas que muestran justo lo contrario.