"El delator" es una de las películas más infra-valoradas de la legendaria trayectoria de John Ford. Con un inconmensurable Victor McLaglen, el director trata el controvertido marco de una Irlanda carcomida por la contienda, donde hay quintas columnas incluso entre los propios patriotas, cuya devoción por la causa no es siempre admirable.

Una horrible traición es cometida en una noche de pecado y con apellido Iscariote, sin embargo, el toque humano del padre de los western, consigue que la empatía de los espectadores sea doble, tanto por las víctimas como por el equivocado protagonista que realiza el error. Prostíbulos y calles nubladas para un paseo por los tormentos del alma, sin perder unos ramalazos de humor que son síntoma de inteligencia.

"El delator" va llegando con el aire de una tragedia helena hasta un inexorable destino, donde tememos lo que va a ocurrir, pero no podemos dejar de mirar la pantalla, viendo a donde conducen esas treinta monedas de plata.

El resto es mejor no comentarlo. Les sorprenderá a todos los que tengan una idea pre-concebida del cienasta.