Desde luego uno no va a ver una película del Zorro esperando encontrarse una cinta reflexiva y repleta de argumento. Sin embargo, es que incluso como producto de capa y espada flojea, careciendo de sentido muchas situaciones supuestamente divertidas, niño insoportable para la ocasión incluido.

Antonio Banderas vuelve a enfundarse el traje del héroe mexicano, repitiendo suerte en el reparto una Catherine Zeta-Jones que, desgraciadamente como apuntan otras críticas, ve como su personaje de Elena queda reducido a la gruñona contrapartida femenina del protagonista.

Rufu Sewell se esfuerza de veras para lograr un villano interesante, pero esos caballeros de Aragón no dan nunca la sensación de ser otra cosa que unos malos de opereta que verdaderamente estimulan tan poco como las nimias referencias a la agencia de los detectives Pinkerton.

Todo da la sensación de ser una aventura en montaña rosa sin sentido. Te remueves en la butaca que suceda algo que te haga el engaño indoloro, tal vez se notase más de lo previsto la ausencia de Anthony Hopkins. Posibilidades de más secuelas del mítico héroe con este equipo de producción quedaban gravemente tocadas con esta estocada poco profunda.

Particularmente, no me resultó entretenida, y esa es la peor característica en uno de estos productos palomiteros.