"Perdita Durango" siempre ha generado en mí sensaciones muy similares a "Natural Born Killers". Ambas comparten en mi subjetividad varios rasgos, dos excelentes directores trabajando con argumentos ajenos pero a los que dan su estilo, una pareja explosiva en pantalla y mucha, mucha violencia, tanta, que uno llega a pensar que los creadores han cogido un fuerte síndrome de Estocolmo con sus psicópatas criaturas que solamente ellos son capaces de entender.

Álex de la Iglesia emigra temporalmente a la calurosa y visceral frontera para narrar una gamberrada brutal donde dos perdedores se conocen. Rosie Pérez encarna a una Malinche muy especial, Perdita Durango, quien logra seducir y manipular a Romeo (un bestial, en el mejor sentido de la palabra) Javier Bardem. Si bien el segundo es un farsante macabro que usa cadáveres para rituales de turistas sedientos de morbo, la influencia de esa mujer indomable le lleva a cruzar la línea de todas sus sanguinarias fantasías.

A medida que avanza la película, podemos observar como Álex se encariña con el niño grande que es Romeo, si Tony Soprano malinterpretaba el mensaje de Gary Cooper en "Solo ante el peligro", el personaje de Bardem vive su infancia perdida en la sonrisa de Burt Lancaster. La predilección por este tipo brutal queda clara en sus escenas de lucha, siendo prácticamente un descerebrado pero imbatible súper-héroe.

Por supuesto, como en todo trabajo del cineasta vasco hay varios puntos de interés. Seduce mucho su forma de jugar con la historia de los Estados Unidos y México pero a la inversa, encontrando el exorcismo a través de la pareja de adolescentes americanos, que van evolucionando y madurando en esta montaña rusa de pesadilla.

Asimismo, el contenido sexual del film es muy pronunciado, sin querer ser moralista o timorato, en ocasiones quizás hasta el exceso, aunque el plato fuerte es la violencia de la misma. En lo relativo al casting, destacar que De La Iglesia contase con el gran Gandolfini antes de que se hiciera famoso y la aparición amiguetil de Santiago Segura, como ellos mismos dirían.

Acabo cansado del ritual demoníaco de estos personajes y esa espiral extrema.