Grant Heslov se saca una original historia basada en ciertos acontecimientos reales que vuelven a dejar a la ficción en ridículo. Con un reparto de primeras espadas, se nos narran las desventuras de un reportero cuya vida ha sido cruelmente quebrada (Ewan McGregor) por una infidelidad y se enrrola en Oriente a cubrir noticias. McGregor realiza un más que digno papel, aunque en el perfil del personaje no se han cubierto todas las aristas, su inicio y decisiones muy apresuradas.

Allí conocerá a un peculiar militar interpretado por George Clooney. Sin saberlo, se verá, y con él los espectadores, envuelto en una trama desquiciante e hiperbólica, aunque se prometa más de lo que se da. Tenemos la impresión de no se ha sacado, ni mucho menos, todo el jugo posible al producto.

El genial Jeff Bridges y el no menos eficaz y solvente Kevin Spacey también prestan su talento interpretativo para esta comedia que no llega a despegar del todo aunque tenga algún diálogo memorable y escenas interesantes. Su gran baza son los flasbacks, algunos de ellos muy visuales y divertidos.

Una curiosa visión sobre unos tipos que supuestamente gobiernan el mundo y disponen de los más altos adelantos tecnológicos... pero que están como cabras.