Interesante adaptación del maestro Kurosawa de uno de sus escritores favoritos, William Shakepeare. Concretamente, en esta ocasión coge la esencia de Macbeth para trasladarla a su hábitat predilecto, el Japón feudal, los señores de la guerra y la necesidad de fortalezas para poder proteger posiciones de bandas adversarias de guerreros.

Su actor fetiche, el gran Toshirô Mifune, es el encargado de dar vida al leal guerrero que se encuentra, en compañía de su mejor amigo, con una misteriosa hechicera que le profetizará grandes ascensos. Lo inquietante es que esa escalera al éxito está salpicada de sangre. Todo empeorará cuando la promesa llegue a los oídos de su ambiciosa esposa, interpretada con gran acierto por Isuzu Yamada.

No obstante Mifune es, junto con Orson Welles, uno de los contadísimo casos donde el actor masculino ha logrado orientar su rol eclipsando un tanto el brillo que siempre ha tenido Lady Macbeth. Por lo demás, no hay demasiadas alteraciones, si bien es muy interesante revisitar este trabajo por las soluciones visuales que Kurosawa plantea.

Una carta de tributo al Bardo desde el Sol Naciente.